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Tras asegurar el último botón de su camisa azul clara, KyungSoo se ajusta el cinturón, en donde tiene un par de armas que incluye una pistola semiautomática. El pantalón azul oscuro está hecho a la medida y se ajusta bastante bien a su cuerpo. Se observa en el espejo con su nuevo uniforme; y en seguida, se pone la chaqueta a juego con el pantalón. Por último, toma el chaleco negro y la gorra.

Está listo para iniciar su primer día como guardia centinela en la Penitenciaría de Ilsan, luego de su abrupto traslado.

Suspira pesadamente, y aleja sus preocupaciones de su mente; en su lugar, intenta mantener una expresión pétrea en su rostro.

«Si ellos ven miedo en tu mirada, jamás te respetarán».

KyungSoo recuerda las palabras de la academia, las cuales se han quedado en él a tal punto de ser un maestro en no filtrar ninguna emoción a través de su cara o su cuerpo.

Su superior, Lee SeungHoon, está caminando a su lado, tras salir de la oficina, una vez que se completara el papeleo de su traslado y lo presentara ante algunos de sus nuevos compañeros. El hombre a su lado es apenas unos años mayor que él, definitivamente más alto. Tiene una cicatriz sobre su pómulo izquierdo que desaparece en las entradas de su cabello corto, lo que evidentemente llama toda la atención.

—¿Sabes cuál es la regla más importante? —pregunta mientras atraviesan un pasillo, aún en la zona administrativa.

—No agredir, ni maltratar físicamente a los reclusos, a no ser que mi vida o la de terceros corra peligro —recita sin ningún problema. Es algo elemental... Y que ha intentado cumplir, aunque a veces le es bastante difícil.

KyungSoo se mantiene sereno, ya conoce sus funciones y su área de trabajo, solo necesita verificarlo con sus propios ojos.

—Incorrecto.

KyungSoo se sorprende; no obstante, su rostro permanece con la misma expresión, casi vacía.

—Esa es la segunda regla más importante, Do —señala de forma contundente—. La principal regla, que es incluso más delicada que la que acabas de mencionar, es...

Lee hace una breve pausa y se detiene. Una mirada sigilosa se posa sobre sus pequeños ojos antes de continuar:

—Nunca, en ningún sentido, involucrarse afectivamente con alguno de los detenidos.

Está a punto de reír, pensando que es una clase de broma, pero no hay rastro de humor en sus rasgos. KyungSoo niega sin problema, no es como si pensara hacerlo. Jamás se metería con un recluso, no tiene tan baja autoestima como para hacerlo con uno.

Su respuesta clara y segura, parece aliviar la tensión sobre los hombros de SeungHoon. Definitivamente hay algo que le está ocultando, a lo mejor ya ha sucedido antes.

Acto seguido, el otro hombre se desliza por un pasillo hacia la izquierda, en el fondo de este se puede apreciar la entrada al patio B17 asignando para él.

—Bienvenido al Centro Penitenciario de Ilsan, Do.

KyungSoo respira profundo, tensando su mandíbula.

No puede poner en palabras el ambiente que se percibe apenas pone un pie en el patio principal, como si pudiera sentir una atmósfera pesada, llena de hostilidad y masculinidad. Su superior le va señalando algunos puntos claves de vigilancia estratégica, pero su atención se dirige a los convictos que, poco a poco, empiezan a salir de sus celdas para recibir un poco de sol durante una hora al día.

—Bueno, y aquí llega lo mejor de la sociedad —anuncia su superior con evidente ironía.

KyungSoo estudia cada rostro. Él solo ve maleantes, pequeñas ratas en uniformes cafés encerradas en un espacio reducido.

Dangerous Pink ||  DKS+KJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora