-3-

1.3K 214 213
                                    


KyungSoo recibe en su correo el itinerario con los turnos para toda la semana. Mientras termina de vestirse con su uniforme, lee el documento. Estará en la garita de vigilancia durante la hora en el patio, lo que es bastante bueno, ya que tendrá un ligero respiro; sin embargo, observa una nueva asignación que no le agrada para nada.

—¡¿Custodiar la hora del baño?! —KyungSoo cuestiona en voz alta negando con la cabeza.

—¡Hey! Al menos son solo dos días. —El molesto Park, quién ha estado detrás suyo, comenta tras escucharlo.

KyungSoo estrecha la mirada cuando da media vuelta. Rápidamente, sale de la zona de los vestuarios, refunfuñando. Detesta que invadan su espacio personal y que tomen ciertas confiancitas que él no ha conferido. Pero lo que más le irrita, es ser el encargado de que los presos se bañen y no usen esos espacios para algo más como empalarse una verga.

Ese día pasa sin ningún contratiempo, en sus rondas dentro del pabellón D7, los detenidos de allí ya no parecen mirarle con aberración, lo que le resulta sospechoso. No es estúpido, sabe que el reo 1488 ha tenido que ver. Aún no entiende exactamente qué es lo que tiene en manos, porque definitivamente algo esconde.

Le sigue enfureciendo cada vez que lo ve o cuando sale con cualquier comentario que raya lo satírico. Precisamente por eso, KyungSoo se enorgullece de haberse podido controlar y no caer ante sus bajezas en los últimos días.

—He pensado en algo y creo que tienes razón —dice de la nada el de cabello rosa, cuando ve al guardia pasar por su celda.

—¿Disculpa?

KyungSoo pestañea repetidamente, luciendo confundido. No esperaba que pudiera hablarle amablemente ni mucho menos verlo con lentes, luciendo como intelectual con una pila de libros abiertos sobre el escritorio junto a algunos papeles. Cualquiera pensaría que se trata de su oficina.

Kai señala a los libros.

—No es correcto gozar de todos estos privilegios —dice con un semblante lastimero, como si en verdad le preocupara este tipo de cosas.

KyungSoo rueda los ojos, lo conoce lo suficiente como para saber que está mintiendo. Por otro lado, debe admitir que no esperaba que lo reconociera tan fácilmente.

—¿Piensas dejar todos estos lujos que, tú y yo sabemos, no pertenecen a este lugar? —declara con evidente molestia al acercarse a la celda, hasta donde los barrotes le permiten.

KyungSoo odia la opulencia en esa celda, en la cual hay una cama con dos almohadas, un escritorio, una silla ergonómica en la que se encuentra sentado en ese momento. También los estantes con libros sobre la pared, una mesa más pequeña, dos lámparas, una de estas que emite una luz rosada y, en el centro, una alfombra de un rosado extravagante que hace juego con el color de su cabello. Y como si fuera poco, también cuenta con un baño privado.

—Pff. Para nada —dice con descaro—. Me refiero a los libros. ¿Sabías que los que están en esta cárcel deben ir a la biblioteca si desean coger... digo, tomar un libro prestado? —dice como si realmente le sorprendiera.

KyungSoo mantiene una mirada seria y no responde.

—Estaba pensando que sería divertido —indica pasando la punta de su lengua sobre su labio superior.

El guardia lleva una mano sobre el puente de su nariz, empezando a negar en silencio cuando se imagina lo que viene a continuación:

—Y tú me vas a acompañar —declara muy seguro.

—Qué te jodan si piensas que aceptaré. —Su tono es demandante y su mirada es intensa sobre el reo.

—Es lindo que incluso creas que tienes voz en esto.

Dangerous Pink ||  DKS+KJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora