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Kai se encuentra en su celda revisando el informe que hace dos días le entregó TaeMin, acerca de las drogas que han estado circulando en los últimos meses. Su ceño se frunce al notar que algunas de estas ni siquiera son distribuidas por su organización, tienen nombres que le resultan desconocidos; aunque de esto no debe sorprenderse, ya que probablemente sean distribuidas por el grupo de YunHo, que ha estado introduciéndose en los distritos de Seúl que le corresponden a su organización, como ratas multiplicándose e invadiendo su territorio.

Un motivo más por el que Kai accedió a entrar en prisión. Junto a su sed de venganza para destruir a quienes le arrebataron a su hermana mayor.

Vuelve a centrarse en el informe, luego de distraerse con el tren de pensamientos sobre su hermana.

TaeMin, al final de la lista, había agregado una droga en particular que al parecer solo es vendida en un club exclusivo en Itaewon; y aunque no hay información sobre sus efectos, que es lo que necesita, hay una foto de baja calidad en la que se aprecia una pastilla que parece tener la forma de un hexágono de color azul zafiro. Hay algo ciertamente sospechoso en esto, una droga solo distribuida para la clase alta, aunque eso no es lo único peculiar, Kai está casi seguro de haberla visto antes en ese lugar. —¿Pero en qué momento?—. Su semblante se vuelve pensativo con la goma del lápiz entre sus labios, intentando recordar. Relee el informe y la nota final que dejó su socio sobre esta última droga.

«Costosa. Acceso clientes VIP. Sospecha».

Llama bastante la atención. —¿Por qué una droga como esa terminaría en un lugar como este?—. Kai ya tiene una buena idea de lo que está pasando allí, por la misma razón que el mismísimo ChangMin, el perro fiel de YunHo, está intentando ingresar a esa prisión. Bastante arriesgado, pero satisfactorio para él, si logra controlarse y no matarlo antes de descubrir toda su basura.

Kai escucha un carraspeo, al girar su rostro encuentra al causante del dolor en su culo... en el buen sentido. Le es inevitable sonreír, aunque el muy idiota siga allí parado luciendo como un maldito robot que ni siquiera puede mostrar una emoción más allá del enojo; aunque bien sabe que es un salvaje cuando lo jodió hasta perder el control. Ese último pensamiento hace que la temperatura de su cuerpo se eleve con las ansias de darle rienda suelta a sus fantasías.

—Puedes entrar y tomarme —invita descaradamente al otro hombre que ni siquiera luce medianamente perturbado.

Detesta al gilipollas calienta pollas que ni siquiera puede mostrar una gota de deseo en ese momento. Por el contrario, el idiota hace ademan con sus dedos para que se acerque a los barrotes como si se tratase de un perro. En ese momento, se le ocurre un mejor lugar para esos dedos.

Kai rueda los ojos y con una expresión para nada amistosa se acerca.

—Pueda que haya accedido a ser tu puta, pero no me trates como un perro —murmura Kai sin dejar de sonar amenazante.

El guardia profundiza su ceño fruncido. Sus ojos oscuros lo miran con intensidad. Kai no sabe qué mierda pasará a continuación, no le es fácil leerlo.

—Te traje esto.

KyungSoo extiende su brazo, donde tiene una bolsa en sus manos que no había notado antes. El más alto la recibe y con una mirada curiosa mira su interior en donde encuentra una caja. Tarda unos segundos en identificar el contenido de lo que ha recibido. Su frente se arruga en confusión, parece una broma, aunque la expresión del otro hombre no ha cambiado.

—¿Un enema? ¿Esto es alguna clase de queja? —pregunta luciendo desconcertado. No sabe si debe reír o sentirse ofendido.

El rostro del otro hombre se relaja lo suficiente para mostrar una media sonrisa que Kai nota.

Dangerous Pink ||  DKS+KJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora