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KyungSoo ve a ChangMin siendo escoltado por dos guardias a su lado, e irreparablemente siente las fibras de ira creciendo en su interior por todo el dolor que le ha causado. Es increíble que siga viéndose igual de bien como lo hacía once años atrás, caminando por el largo pasillo con un porte elegante y una sonrisa brillante, muy fuera de lugar para un sitio como este. Entretanto, él aguarda desde su posición a la entrada del departamento de ingresos, junto a otros dos de sus compañeros. Respira profundamente en una lucha por mantenerse sereno y no sucumbir a esa herida que se abre en su interior y le pide vengarse en nombre de SeonHo y SeulGi.

A escasos dos metros de distancia, ChangMin parece finalmente reconocerlo, es algo breve; KyungSoo puede notar su sonrisa torcerse hacia un lado de manera burlona, aunque sus ojos siguen viéndose igual de vacíos como en ese entonces. KyungSoo se ajusta la gorra sobre su cabeza como una forma de evitar golpearlo hasta matarlo, su mandíbula se tensiona al entrar a la habitación destinada al cacheo de los reos que ingresan a la penitenciaría.

Puede notar la pesada mirada de su superior, Lee SeungHoon, sobre él, por lo que intenta tranquilizarse y mantener una expresión estoica en su rostro. Mientras el guardia Jo Jung Suk hace una lectura preliminar de los cargos, KyungSoo evita mirar al criminal, aunque luego de un minuto entero le es inevitable alzar su rostro solo para encontrar un par de ojos oscuros fijos en él. Su cuerpo se tensiona e inconscientemente una de sus manos cae sobre su cinturón, esperando un paso en falso de ChangMin para dispararle; parece que el criminal nota su reacción y su sonrisa solo se amplía en una mezcla de picardía y superioridad.

—¿Tiene algo que decir antes de dar inicio con el cacheo? —pregunta el guardia Jo siguiendo el protocolo de ingreso.

El criminal explora con la mirada a su alrededor. KyungSoo rueda los ojos y se prepara mentalmente. ChangMin suspira largamente antes de hablar:

—Sé que he cometido errores y estoy sumamente arrepentido —dice en un intento de verse arrepentido.

KyungSoo se cruza de brazos, es imposible que alguien en esa habitación crea sus palabras vacías. Lo más irónico es que ChangMin ni siquiera está allí por la larga fila de homicidios que ha cometido, ni por las múltiples conspiraciones para estos; sus cargos por los que ha sido acusado son ridículamente absurdos y, si lo piensa detenidamente, ni siquiera debería estar en una penitenciaría de alta seguridad.

—Tenía cierto temor al ingresar aquí —continúa—, pero al estar en esta penitenciaría, ya se siente como en casa. —Su mirada cae por unos segundos sobre KyungSoo, sin ninguna clase de disimulo.

El aludido lo observa colérico. Su sangre parece hervir en su interior y es cuestión de encontrar la perfecta oportunidad para mandarlo directo al infierno, piensa KyungSoo.

—Suficiente —señala SeungHoon, quien de repente luce molesto a los ojos de KyungSoo—. Terminen de hacer el ingreso —ordena secamente antes de retirarse.

Los minutos pasan lentamente para KyungSoo, oficiando junto a los guardias Lee HongKi y Jo JungSuk, el ingreso de ChangMin, y evitando interactuar directamente con el asesino, aunque le es inevitable, cuando le corresponde a él guiarlo hacia el área de lavado.

—Es bueno encontrar un rostro conocido —le comenta en voz baja para que solo él lo escuche—, así esta estancia será llevadera, ¿no crees, lobito? —Se burla.

En reacción, sus manos se aprietan fuertemente en puños y mira a ChangMin inexpresivo.

—Tendrá que dejar aquí —dice señalando a la canasta enfrente— todas las pertenencias que trae consigo, incluyendo relojes, piercings y todo tipo de accesorios. —KyungSoo lo ignora completamente y ordena imperturbable, de acuerdo al protocolo.

Dangerous Pink ||  DKS+KJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora