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No ha podido dormir y por eso se encuentra repartiendo golpes a diestra y siniestra sobre el saco de boxeo, mientras su mente sigue recreando una y otra vez lo sucedido en las duchas con el reo 1488. Se siente como la peor lacra por perder el control de esa manera. Debió haberse podido controlar por mucho que él también lo hubiese deseado, así su cuerpo lo clamara al punto de nublar su juicio. Debió resistirse.

Gruñe, un sonido casi animal que rasga su garganta y termina dando otro certero golpe al saco y uno más hasta que sus nudillos, como en la mañana, se encuentran raspados con magulladuras y rastros de sangre que escurren por sus dedos, acompañado del sudor copioso que baja por su espalda y rostro. Se detiene por un momento, descansando su frente sobre el saco luego de horas de estar entrenando en el ring que suele visitar cada que lo necesita.

Al final del día, no puede borrar sus etiquetas, KyungSoo se enreda en ese último pensamiento que lo persigue hasta la madrugada. Él es un guardia que ha jurado mantener a raya a las sucias ratas como las que encuentra en esa prisión, a no permitir que ninguno de esos criminales le ponga un dedo encima o lo subestimen; y Kai es justamente la representación del odio que ha venido acumulando desde hace 11 años, al ser un miembro de la mafia, insaciable de poder y egocéntrico hasta el culo. Es por eso que no soporta la idea que su cuerpo lo desee tan malditamente. Haberlo probado con la punta de su lengua fue un grave error que a la larga lo condenará.

La respiración de KyungSoo sale agitada, aún se siente irritado pero su cuerpo ha perdido energía y prácticamente termina desplomándose sobre el piso con sus piernas sudorosas estiradas sobre el tapiz. Toma la camisa y se la quita, pensando una y otra vez en lo mismo, hasta que sus ojos se sienten pesados y solo desea descansar; aunque ya es demasiado tarde para dormir cuando su próximo turno inicia en una hora.

 Toma la camisa y se la quita, pensando una y otra vez en lo mismo, hasta que sus ojos se sienten pesados y solo desea descansar; aunque ya es demasiado tarde para dormir cuando su próximo turno inicia en una hora

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Malhumorado y con el rastro de las horas faltantes de sueño visibles en todo su rostro, KyungSoo está puntual para iniciar su turno en el pabellón D7.

Lo tiene decidido, no se dejará perturbar por el otro hombre y simplemente pasará de largo ante sus insinuaciones.

—Do. —SeungHoon lo encuentra cuando está a punto de ingresar al pabellón—. Te requiero en el comedor, me hace falta un guardia allí —ordena siendo cortante.

Sin cuestionar su decisión, la acepta de inmediato. Lo que significa unas horas fuera del foco de atención del reo 1488, nada mal.

Sin embargo, el cambio es poco conveniente para su estado somnoliento, puesto que en más de una ocasión sus ojos se han cerrado más del tiempo necesario, mientras los presos se van rotando por entre las mesas del comedor. KyungSoo, junto a otros guardias, tiene que vigilarlos y supervisar que coman sus alimentos y que no haya ninguna transacción ilícita ocurriendo o riñas entre los detenidos.

Es la cuarta vez que bosteza mientras está de pie en una de las esquinas. Está a punto de solicitar un descanso, cuando KyungSoo encuentra a los reclusos del pabellón D7, custodiados por Jung, ingresando al área.

Dangerous Pink ||  DKS+KJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora