Dangerous Pink || DKS+KJI

27 [Final]

Despertar es realmente bueno, JongIn puede jurar que nunca antes ha podido descansar tan bien como en estos últimos días, siendo rodeado por la calidez que parece emanar la otra persona que duerme plácido sobre su pecho. Sonríe perezosamente, abriendo poco a poco los ojos, al tiempo que sus dedos recorren la piel nívea a la que tiene alcance.

En la habitación apenas entra un poco de luz, y todo a su alrededor permanece en silencio. Sin perturbar el sueño de KyungSoo, toma su celular, ni siquiera le sorprende que sea más de medio día.

Por mucho que desee permanecer junto a él, hay algo que sigue haciendo ruido en su mente tras el arresto de YunHo, y no puede esperar más para aclararlo con Kim JongHyun, su jefe, y debe ser hoy.

Kai conduce rumbo a la mansión Kim. El buen humor con el que ha despertado apenas puede contener la tensión que endurece las facciones en su cara.

Ha notado un cambio en la actitud del jefe Kim. Antes, él ni siquiera había mostrado mayor interés por sus planes contra YunHo, ni siquiera los había apoyado; y ahora, con los últimos acontecimientos, parece haber despertado un inusual interés en todo lo relacionado con el criminal de Ilsan.

Kai sabe que su jefe le ha estado ocultando algo, y esa es justamente la razón por la que está allí.

Camina por el vestíbulo principal, donde se encuentra el personal de seguridad custodiando el área, quienes lo miran con cierto interés, mas no le dirigen la palabra.

Al ingresar al despacho, encuentra a JongHyun con su cabello castaño claro peinado hacia atrás, apoyando su cuerpo sobre el borde del escritorio detrás de él, en un intento por verse relajado, estirando una sonrisa que Kai difícilmente regresa.

La situación se torna incómoda tras un saludo breve. Su jefe se ha mantenido al tanto con el operativo y las últimas premisas que han sido reveladas.

—Parece que no estás aquí para unas palmaditas en el hombro —comenta serio, cruzándose de brazos. Su expresión se torna hermética.

Kai exhala el aire contenido antes de exponer la razón por la que está allí.

—Incheon era tu territorio, ¿no es así? —cuestiona e irreparablemente suena molesto.

—Así es, pero eso ya lo sabes. ¿A qué quieres llegar? —inquiere desconfiado, alzando una de sus cejas.

Tiene presente las palabras que YunHo le dijo la última vez, las cuales ha analizado en su mente durante las últimas noches.

—Siempre se me ha hecho difícil imaginar cómo siendo tu territorio, las ratas de YunHo pudieron adentrarse a Incheon sin que lo notaras —confiesa, arrugando el entrecejo—, y peor aún, que vandalizaran el hogar de alguien allí. ¡Mi hogar! —exclama con una mueca de irritación.

JongHyun permanece imperturbable en su lugar, escuchándolo con atención.

—Lo sabías y lo dejaste pasar —cuestiona—. ¿O fueron tus secuaces los que incendiaron mi casa? —Le reclama Kai con contundencia, para luego encogerse de hombros—. Pero eso no es importante, perder una casa no se compara en nada a perder a la única familia que tenía.

—Ya veo por dónde va esto —dice JongHyun con un gesto pensativo. Rodea el escritorio y se sienta en la silla principal—. ¿Por qué no te sientas? Hace mucho no conversamos. ¿Quieres tomar algo?

Kai niega con la cabeza y se mantiene de píe.

—Has podido comprobarlo, Kai —JongHyun habla seriamente, no hay rastro de molestia en su expresión—. Estar en este mundo te obliga a mantenerte firme y no tener debilidades. Las personas representan debilidades y te hacen vulnerable —le dice, y por un momento su vista parece nublarse antes de mirarlo fijamente—. Hace muchos años hubo una persona por la que realmente hubiese dado mi vida, me refiero a mi hermano, Kim HyungJun.