- Chicas os traigo lo que me pedisteis. - Un joven de cabello rizado y oscuro apareció.
- Yami-chan, por fin... - Alzaba la voz Uraraka quién parecía muy unida al joven. - Mira este es Bakugou-san, estará viviendo a partir de ahora en el edificio con los chicos. -
- Ah, ya veo. - Sin siquiera mirar la cara del otro este se encaminó hacia la cocina. A los ojos de Bakugou era un emo total, "de seguro era alguien totalmente aburrido y feo" o eso es lo que pensaba, por lo que simplemente no le prestó más atención. Tras esto se marchó del lugar, alegando que tenía que hacer unas cosas y que se volverían a ver en breve. En cuanto llegó a casa una llamada entraba, y no sería para felicitarlo precisamente.
- Es para ti Bakugou. - Decía Shoto quien había cogido el teléfono un minuto antes de que el mencionado abriera la puerta.
- Bakugou, que demonios estabas pensando. - Este se extrañó al escuchar eso, es cierto que le había dicho que no saliera, pero tampoco se había alejado tanto como para dar la alarma, de seguro el maldito bicolor había ido con el chisme.
- Así que le has pedido que me mantenga vigilado... -
- Ja, no me es necesario, el colgante que llevas ya lo hace por él. No puedo oír ni ver nada, pero si localizarte vía satélite. No creerías que te dejaríamos libremente por un lugar que ni siquiera conoces. - Ella tenía un punto. Lo cierto era que Karen llevaba razón, cosa por lo que en lugar de bufar o seguir escuchando la cantaleta Bakugou decidió preguntar.
- Oye, ¿entre las vecinas hay alguna de otra dimensión? -
- No me extrañaría que existiera alguna mestiza, después de todo hoy día es muy común, ¿ acaso has notado algo raro? - Definitivamente algo raro había con alguna de ellas, o quizás sería aquel chico, no estaba seguro, pero definitivamente estaba intrigado. Por ahora ya tenía algo con lo que entretenerse.
"Una noche relajada y hermosa está teniendo lugar, el frescor de la primavera y su brisa es un deleite sobre todo cuando tu objetivo no es otro que observar la luna llena en el parque", se decía a si misma una figura femenina con un brillo especial en sus ojos. Esta persona disfrutaba del lugar mientras un hombre volvía un poco borracho a casa. Como era de esperar ambos se toparon, y a la visión de aquel hombre la otra figura era hermosa. A los pocos segundos por alguna razón quedó inconsciente, dando paso a ser despertado a las patadas por un par de policías que pasaban por allí.
El hombre intentó explicar lo pasado, pero a los agentes no les resultó gracioso. Tal como aquella escena se pintaba, no había sido más que el sueño de un borracho, tras lo cual fue enviado a casa con una pequeña advertencia puesto que no había hecho daño a nada ni nadie. A partir de ahí, no pararían los casos y cada vez serían más frecuentes, sin embargo, aún estaban un poco lejos de ser siquiera un rumor.
Primera hora de la mañana y comenzaba el ajetreo para algunos, el ruido llegaba a todos los rincones del edificio, ya fuera una u otra vivienda, todos necesitaban alistarse para ir a trabajar, o en el caso de Bakugou socializar. La conversación con Karen fue de provecho, ya que le suministró suficientes datos, cosa que en principio le facilitaría un poco el problema. El barrio en el que se encontraban era Hamura en la ciudad de Tokyo, y el procedería de algún pueblo cuya principal actividad sería el cultivo, no muy importante y con muy pocos habitantes por lo que de esta forma no muchos harían preguntas al respecto. Sus padres se dedicarían a la enseñanza y a cuidar su casa, una pareja de los mas normal, además el mismo habría estudiado en casa y pasado sus exámenes en algún colegio cercano por lo que nunca hizo demasiadas amistades. Por un lado no le agradaba mucho el dar explicaciones, pero al menos si tendría alguna excusa para cuando no supiera nada de algunos temas o no estuviera al tanto de otras cosas.
Al día siguiente...
- Bueno, ya que por fin tus papeles están en regla, he conseguido que Momo te haga un hueco en uno de sus establecimientos, estarás trabajando desde la próxima semana. -
- ¿ Trabajo? -
- Si, por supuesto. No pensarías que la estancia es gratis, eso sería muy extraño para cualquiera que pregunte, además con ello puedes socializar y hacer amigos. De todas maneras no tienes que preocuparte, estarás con los chicos y ellos te cuidarán. -
- Menuda bobada. -
- Oh vamos, Bakugo-chan, no me digas que el poderoso y orgulloso principito tiene miedo a un poco de trabajo físico... - Karen reía entre dientes, si en ese momento pudiera se habría echado al suelo en carcajadas al imaginar la cara que estaría poniendo el joven, pero se contuvo ya que quería provocarlo para que llevara a cabo el trabajo sin rechistar. - De todas formas tómatelo como una obligación ya que es uno de los requisitos para quedarte, eso e interactuar con normalidad con la gente. No pido que te lleves a las mil maravillas pero al menos si que lo intentes. - El joven se mostraba algo de disconformidad, pero aceptó, aunque a cambio...
- Está bien, pero quiero un medio de transporte. Ya que no puedo volar o usar mis poderes al menos eso. -
- Está bien lo pensaré.... - Así se cortó la llamada. Bakugou por su parte estaba bastante molesto incluso maldecía a Karen y la llamaba "maldita bruja", cosa en la que quizás a la larga llevara más razón de la que pensaba.
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Mi destino lo decido yo
Fanfiction¿ Qué hacer cuando tus padres te obligan a algo ? Como diría Katsuki: ¡ A la mierda tu opinión viejo! ¿Cumplirá su obligación como rey o conseguirá su libertad? Los personajes no pertenecen uwu. Apoyen a los artistas.