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Esa misma noche volvería a soñar con el joven que horas antes había visto. De nuevo lo molestaban, " que manía de meterse en problemas, joder", pensaba Katsuki, tras lo cual lo tomó de la muñeca, golpeó a sus acosadores y cuando iba a dejarlo ir, Yamikumo decidió darle un beso corto para después apartarse totalmente avergonzado y finalmente salir corriendo hacia algún lugar. Inmediatamente Katsuki salió a buscarlo en la misma dirección. Corría pero no encontraba a nadie, es más, su alrededor estaba muy oscuro. De repente el lugar se iluminó y apareció en el parque, el mismo donde se topó con aquel incubo de ojos verdes. En el momento en que recordaba aquellos bellos ojos, de nuevo aparecían ante él para tirarse encima y comenzar a seducirlo.

A la mañana siguiente, no recordaba prácticamente nada de aquel sueño, es más, cada vez que lo intentaba en su cabeza tan solo aparecían aquellos ojos verdes, sin embargo de lo que si era consciente era de la tremenda erección que lo acompañaba al despertar. Se maldecía a si mismo por encontrarse de aquella forma sin siquiera recordar nada, pero ciertamente tenía que hacer algo al respecto.

Más aliviado tomó el desayuno y se dirigió al trabajo. Había estado de ayudante en una pequeña pero elegante cafetería en la cual servían bebidas y algunos dulces caseros. Comenzó como pinche en la cocina pero demostró mejor desempeño de lo que imaginaban por lo que no tardó más que un par de días para apañárselas. 

La mañana pasaba tranquila, muchos desayunos eran servidos y los chicos sin muchos problemas se ganaban a sus clientes entre sonrisas y cháchara. A las jóvenes que el lugar frecuentaban si se les hacía curioso el tener a alguien nuevo, es por ello que preguntaban por Bakugou o pedían en la barra para poder observarlo aunque sea un poco más de cerca. Por suerte para él, sus compañeros lo cubrían diciendo que era muy tímido y necesitaba tiempo para adaptarse. Entre tanto una visita por parte de un pequeño grupo un tanto conocido.

- Buenos días chicos. - Saludaba Ochaco tan alegre como de costumbre. 

- Oh, qué tal Uraraka, Tokoyami... -

- Veo que el lugar está muy animado. - Soltaba la morena. 

- Si, como siempre. - De esta forma Kirishima los guio hasta una mesa que cercana a la barra desde donde la cocina tenía visión, por lo que Bakugou no tardó en percatarse de que los dos nombrados no venían solos, los acompañaba el pequeño Yamikumo.

- Sato me cojo un descanso. - Tomó un vaso de leche y un par de galletas como si para un niño pequeño fueran y se dirigió hacia la mesa donde los tres conocidos estaban. En cuanto Kaminari se puso a servir los cafés, Bakugou intervino y le puso el vaso de leche que traía consigo a Yamikumo, tomando para el café en el proceso. 

- Oye ese es mi...-

- Para los niños con leche es suficiente. - 

- No soy un niño Bakugo-san. - 

- Bakugou-san así que trabajas aquí con los demás. - 

- Si, así es. - decía mientras mordía una galleta. Por su parte el moreno seguía un poco molesto por el cambio, por ello. - Oh, vamos Deku deja de refunfuñar o te saldrán arrugas. Toma esto por el café. - Tras lo cual le dio una de sus galletas. 

- Oh, gracias. - Mientras Bakugou sostenía la taza de café y daba un sorbo, reía. 

- Ves como eres un niño. - Se burlaba. 

- Ya deja de burlarte, no soy un niño. - 

- Si que lo eres, sino no te avergonzarías por algo tan pequeño como un be... - 

- Calla no lo digas. -

- Eh, ¿Yami-chan?- 

- No fue nada Ochaco-chan. - Estaba totalmente avergonzado mientras recordaba aquel día en el parque y su primer beso con Bakugou, el cual parecía querer divertirse con ello. 

- Incluso digas eso... - 

- Oh vamos Deku, solo fue un vestido cuya falda se levantó por el viento, de verdad quién te culparía por mirar sus bragas. - 

- Pfft, así que era eso, me preocupé por un momento al pensar que algo malo había pasado. Al menos me alegro de ver que os lleváis bien. -  La expresión de esta cambió a una un tanto más seria. En ese mismo momento Bakugou comenzó a notar cierta punzada con bastante intensidad, tanto que se echó la mano a la cabeza y gesticuló una mueca de dolor. 

- Bakugou, de nuevo tu jaqueca por lo que veo, deberías descansar. - Karen llegaba sin previo aviso. - Sho-chan, ¿ podrías ayudarle? - 

- Karen-san, ¿ lo de siempre? - 

- Si, gracias Kirishima-kun. -

- ¿ Jaquecas?. - Preguntaba Yamikumo.

- Si, lo que se conoce como la típica migraña. Según me dijo por esa misma razón estudió en casa. Por aquel entonces al parecer aún no daban con un medicamento que le sirviera, por ello estuvo durante bastante tiempo bajo un estudio al cual ayudó la tranquilidad del campo. Desde luego el ambiente en el que te encuentras también influye. - Decía para terminar suspirando. 

- Se te ve un poco agotada. - 

- Si, así ese. Últimamente el trabajo ha sido agotador, pero espero que pronto se normalice. - Terminaba la frase con una sonrisa. 

- Aquí está tu pedido Karen-san. - 

- Oh, muchas gracias Kirishima-kun. Nos vemos luego chicos. - Aprisa salió por la puerta y contactó con alguien más. 

- Shoto pásale el teléfono. - Decía de forma seria. 

- Maldito dolor de cabeza. -

- Perdona si no pregunto de manera adecuada, pero no hay tiempo. - 

- Lo sé, y esta vez he notado como casi me estalla la cabeza. Por alguna razón en esta ocasión no lo he notado en aumento, sino como si de repente algo me atacara. Nunca hubiera imaginado que estaba tan cerca. - 

- Si, nunca lo hubiera pensado de ella si no fuera porque la has expuesto. Pero aún no podemos hacer un movimiento en falso, si no los demás podrían estar en peligro. Además parece no ser consciente totalmente - 

- Si, ¿pero cómo lo hacemos?. - preguntaba Shoto.

- Por el momento procurad no bajar la guardia cerca de ella. -

- ¿ Qué hacemos con los demás? - 

- No les contéis nada, si sospecha de alguien más podría intentar algo que pondría en peligro a todos en caso de que despierte totalmente. Sed precavidos.- Cortó la llamada e inmediatamente entró una nueva.

- Tú, ¿ quién eres? - 

Volviendo a la habitación donde estaba Bakugou...

- ¿ Aún te duele? - 

- Un poco pero se pasará. - En ese momento un toc-toc en la puerta daba entrada a un joven moreno que parecía preocupado. Mientras tanto Bakugou cerró sus ojos para descansar su cabeza. 

- Perdón por la interrupción, pero estaba un poco preocupado al verlo de esa forma. ¿ Se encuentra bien? - 

- Si, no preocupes él estará bien. Solo necesita un poco de descanso y tranquilidad. - 

- Ya veo. Shoto-kun, si quieres puedo quedarme con él un rato mientras vuelves al trabajo, después de todo tengo el día libre y tanto Ochaco-chan como Tokoyami-kun han vuelto al trabajo, así que no tengo nada que hacer. - Decía con una sonrisa. 

- Está bien, si necesitas algo avisa sin ningún problema. - Respondía Shoto saliendo por la puerta para volver de nuevo a la faena.


Mi destino lo decido yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora