¿ Qué hacer cuando tus padres te obligan a algo ? Como diría Katsuki: ¡ A la mierda tu opinión viejo!
¿Cumplirá su obligación como rey o conseguirá su libertad?
Los personajes no pertenecen uwu. Apoyen a los artistas.
Incluso no le agradaran, debía intercambiar algunas palabras con los chicos, los cuales resultaron encantadores a su manera, y también un incordio para la tranquilidad. Ahora agradecía que lo pusieran en el apartamento de al lado del bicolor, a diferencia de este último, los demás eran mucho más ruidosos.
Por una parte, estaban Eijiro Kirishima y Denki Kaminari, que si bien eran un tanto diferentes, combinaban a las mil maravillas, como pareja que se precie eran cariñosos y algo empalagosos a veces, pero eran dos con los que podías contar.
Por otro lado se encontraba Mineta Minoru, este convivía con Sero Hanta, cada uno a lo suyo pero se llevaban bien, el primero era todo un pervertido y el segundo en ciertos momentos agradecía tener un compañero con algo a lo que echar el ojo cuando su novia Jiro no estaba por la labor, pero a diferencia de lo que muchos pensaran tanto ella como él se eran fieles, además y más importante se entendían muy bien.
Por último y no menos importante se encontraban Iida Tenya una persona bastante sería que cohabitaba con Hitoshi Shinso, el cual parecía calmar la intensidad del anterior para tranquilidad de los demás.
El día transcurrió con normalidad, pero su noche fue otro tema. De nuevo la misma figura se presentaba en el parque, salvo que en esta ocasión alguien más lo vio, por lo que empezaron a circular rumores.
La figura de una persona de cabello corto que seducía hombres, esto llegó a oídos de Karen quien comenzó a preocuparse. Por lo general eran cada vez más raras esas escenas, y no le parecería más que un rumor infundado, pero no era la primera vez que lo escuchaba por lo que una de dos, o estaban suministrando drogas extrañas para robar, o alguna criatura se estaba alimentando. Tras una breve llamada descartó la primera opción, al hombre no le faltó nada cuando lo interrogaron, por lo que era poco probable que fueran drogas o algo por el estilo, además las víctimas coincidían en que antes de perder el conocimiento habían olido una esencia un tanto peculiar, parecida a la de una rosa. ¿Rosa?, era extraño, qué criatura podría llevar a cabo algo como aquello.
Mediante la investigación intentaba avanzar y se iba quedando estancada, Bakugou seguía haciendo migas con todos sus vecinos. Le resultaba algo tedioso y un dolor en el culo, pero tenía que hacerlo. Había estado en contacto constante con Karen, la cual le advirtió que era su deber si quería continuar allí y al no tener sitio a donde ir, no tenía más remedio.
Una de las tardes que se encontraba libre ya que su turno había sido de mañana, Bakugou aprovechó para dar una vuelta. Pensaba en la manera de acercarse más a las chicas, ya que había notado la misma sensación un par de veces, pero esta en lugar de ir decreciendo en incomodidad, aumentaba.
Mientras paseaba, observó como un par de hombres molestaban a alguien. Al parecer era un chico moreno. "Menudo pringado" pensaba, cómo era posible que se dejara acosar. Mediante se acercaba un poco más se percató de que el joven que estaba siendo acosado, no era otro que Yamikumo, menuda sincronización cuando pensó que no sacaría nada, la clave para llegar a su meta estaba ahí, frente a sus ojos, pero para conseguirlo primero debía salvarlo para que de esa forma le fuera útil.
Sin pensarlo dos veces se acercó y pidió que lo dejaran. Ya que sus palabras cayeron en saco roto, Bakugou terminó por golpearlos, debido a lo cual rompió alguna que otra nariz haciendo que cayera algo de sangre en la cara de Yamikumo. "Una cara aún más fea debe tener, la sangre seguro conjunta con su estúpido rostro", pensó por un momento Katsuki quien no se imaginaba lo que realmente vería.
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De repente una inocente expresión le agradecía la ayuda. Bakugou quedó perplejo, ¿de verdad ese era Yamikumo?, ¿el mismo que conoció días antes?, ¿el novio de la castaña?. Era más lindo de lo que nunca imaginó, su visión incluso hacía que al rubio le dieran ganas de molestarlo un poco.
- Gracias. - Seguido bajó su rostro de nuevo y se dispuso a salir corriendo, pero Bakugou lo detuvo.
- Espera... - Serio totalmente por un momento pensó en decir ciertas cosas que no venían a cuento correspondiente a las sensaciones que había estado teniendo, seguro que lo asustaría con alguna de ellas es lo que pensó, por lo que simplemente...- tienes sangre en la cara, deja que te la quite. - Yamikumo se sorprendió por un momento, el toque que Bakugou le daba era suave, gentil, todo lo contrario a lo que imaginaba a parecer.
- Ya, estoy bien. Gracias, de verdad. - Decía un poco avergonzado. Tras lo cual se marchó sin mirar atrás. En ese instante se podía ver como Katsuki seguía mirándolo con una pequeña sonrisa en sus labios, como si de un niño que encontró algo interesante se tratara. A su vez a escasos metros del lugar, otra figura observaba la escena mientras mordía sus uñas en señal de irritación.
- Si crees que fastidiarás mis planes, eso no te lo crees ni tu, Bakugou-kun- .
Tiempo después el anteriormente mencionado volvía a casa, pero nunca esperó encontrarse con ciertas noticias que podrían hacer peligrar su estancia.
Entrando al lugar, por alguna razón estaba demasiado calmado. Por lo general alguno que otro estaba en el jardín o haciendo el tonto en el patio, sin embargo no era el caso.
- Por fin llegas, sígueme. - Karen hacía acto de aparición tras de él, lo cual no parecía algo bueno ya que su rostro reflejaba preocupación más que alegría. Finalmente entraron a la azotea, en la cual se podía ver una mesa con varias sillas de las cuales algunas estaban ya ocupadas, además de una sombrilla entre otras cosas. - Gracias a todos por venir, ya estamos todos. -
- Karen-san, ¿ tan grave es la situación? - ¿grave?, a parte de Shoto quien había preguntado, ninguno más se imaginó de que se podría tratar.
- Me temo que podría llegar a alarma de nivel catástrofe si no la paramos a tiempo. Es por ello que quizás tengamos que tomar algunas medidas preventivas. - Esto ya no era un juego, y la cara del joven de cabello bicolor lo decía todo.
- Espera un minuto, qué demonios es todo esto, ¡ qué coño está pasando! -
