147.

895 90 12
                                    

Cerré la puerta de la suite cuando llegamos al interior,en la mañana habíamos salido a navegar para poder ver el amanecer,era algo que siempre quise hacer y ya tocaba cumplir el sueño.

—Sí,eso fue lo que dijeron.—Lyanno estaba hablando con su mai,al parecer el tipo le escribió anoche que íbamos para el hospital y se quedó dormido sin avisarle de que era algo rutinario sin importancia,la pobre señora estuvo despierta toda la noche.—Ma,estoy mayor,soy papá ya so no puede andar regañándome.—agarré una botella de agua del refri y prendí la tv.—¡Me quedé dormido!,pues porque no dormimos mucho,ay no,yo no dije na de nuestras intimidades.

Estaba poniéndose intensa la conversación.

—¿Por qué eres tan cruel?.—se quejó.—Okay ya,no exageres,jamás olvidaría a mis chamaquitos en el mercado.

—Nada mas porque no vas por allá.—me miró mal cuando contribuí a que mi suegra siguiera regañándole.—Bueno,te voy a colgar porque me estás abochornando frente a mi mujer.—rodó los ojos.—¿En speaker pa que?.

Se acercó a mi con el teléfono en su mano.

—¿Seguro que estás bien,no me lo dicen pa que me quede tranquila y ya?.—sonreí con ternura.—Por acá estamos de vacaciones,si esos bobos no os están cuidando bien tú me avisas y consigo unos pasajes pa cuidaros a ti y a mis nietos,¿oiste?.

—Está todo bien,tranquila pero a esos mimos no voy a decirles que no,¿cierto?.—la escuché reír.—Tenemos que hablar unas cosas Edgardo y y..

—¿Quienes tienen que hablar algo?.—preguntó Lyanno.

—Tú y yo,Edgardo.

—¿Y por qué me dices así ahora ah,que será lo siguiente,no ponerles mi apellido a nuestros hijos?.—su mai comenzó a reírse nuevamente.

—Lyanno.—me miró.—Me salió así,es tu mai,ella te dió el nombre por algo,igual tú alias no me parecía serio pa la conversación.

—Como digas,Ivana.

—No es mi nombre.

—Ivonne.

—Tampoco.

—Móntate en mi bicho y cabalga,estúpida.

—¡Edgardo!.—gritamos mi suegra y yo a la misma vez.

—La próxima vez que tú le digas algo así a mi niña te pienso regalar a cualquiera que pase por la calle,pendejo.—sonreí mostrando mis dientes.

—Me habló tan feo,Flor.—dije fingiendo tristeza.—Y apenas comenzamos el matrimonio,de seguro en unos días estaremos divorciándonos y yo con seis nenes..

—Nadie dijo que fueras a quedarte todos.

—¿Quieres quitarme a mis hijos?.—comencé a reír falsamente.—Atrévete y vas a ver que lo de bellaca lo tengo de demonia.—tragó duro.—Oigan al pendejo este.

—No Es mi hijo cuando habla ese tipo de tonterías,nada más quería dejar claro eso y mmm..¿qué estabas diciendo?.

—Oh,casi lo olvido,hablaré con Edgardo y con mis hermanos de un asunto,tal vez no tengan que venir.

—Me informan de to' y mi niña cuídate,¿si?.—suplicó.

—Yo me voy a cuidar mucho,lo prometo,me saludas a Mía,ya tengo unas ganas horribles de verla.

—Dale,esta por allá afuera jugando na más regresé le digo,bye.—y colgó.

Sentí como mi jevo se sentaba a mi lado,dejó el teléfono sobre la mesa y me miró.

MI FANÁTICA.[LYANNO]. |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora