MI FANÁTICA.[LYANNO]. |COMPLETA|

142.

Narra Ivy.

@ivy

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—¿Todo bien?.—escuché la voz de Lyanno,hice un gesto con mi cabeza en señal de afirmación para que se quedara tranquilo.—Okay,ya podemos entrar.—estábamos en el hospital,Lyanno quería que me revisaran antes de la boda,y como no,antes de la luna de miel,aunque en el fondo algo me dice que piensa que sigo de los nervios por la pesadilla y piensa que le hará mal a los bebés,no sabría qué decir,yo me sentía tranquila.—Leo,papi,ya deja de jugar,tienen que revisar a tu mamá.

—¿Es mi mamá,no tu mujer?.

—¿Y eso a que viene?.

—Nada,Edgardo.—respondió antes de tomar mi mano,nos metimos al interior del majestuoso edificio y comenzamos a avanzar por los pasillos,odiaba este lugar,realmente lo detestaba,el ambiente era tan tríate y apagado y estas cuatro paredes solo me recordaba a momentos horribles de mi vida,los peores sucesos de mi vida han ocurrido en este lugar.

También algunos buenos,uno de ellos me llevaba de la mano.

—¿Por que tu no quisiste ir con tus hermanas ah?.—pregunté con curiosidad.

—No tenía ganas,mami.—respondió mirándome.—¿Vamos a ver a los bebés?.

—Sí.

—¿Los vas a sacar un ratito y después te los comerás de nuevo?.

Por Dios,no.

—No es asi que funciona.—respondió Lyanno.—Pero si que vas a ver a tus hermanos.

—¡Buen día!.—dijo el doctor a vernos.—Hola,Leo.

—¿Me conoce?.

—Claro,él estaba cuando nacieron.—respondí mientras lo ayudaba a subirse al asiento.

—Mmm...—miró a su papá.—¿Y esa cadena?,no se parece a la de papá.

—Oh,esto no es una cadena,con esto escucho el latido del corazón de mis pacientes,¿quieres probar?.

—Si,sii,¿puedo,mami?.

—Sí.—dije yo,el doctor se acercó a él y colocó el aparato.

—Se llama estetoscopio.—Leo abrió los ojos.—¿Lo escuchas?.—asintió con su cabeza.

—¿Puedo escuchar el de mis hermanos así?.—el doctor soltó una carcajada.

—No,para eso se necesita otra cosa pero ya vas a poder hacerlo.—Lyanno se apartó cuando se dió cuenta de que el tipo de la bata quería agarrar algo que estaba en el estante que tenía detrás,me levanté para tumbarme en la camilla y suspiré.

—Antes que nada,¿le puede medir la presión?.

—¿La presión?.—frunció el ceño.—Sí,puedo hacerlo,¿ocurrió algo que debería tener en cuenta?.