❤️ Capítulo 7: Inseguridad ❤️

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Castillo de Miraz

Una cabellera rubia como los rallos del sol era lo mas resaltante entre ese grupo de cuatro sirvientes masculinos que se dirigirnos a acomodar los establos esperando impacientes que el grupo de soldados que  estaban persiguiendo al joven volviera. La servidumbre únicamente sabían que el joven se escapo junto a su sirvienta personal a mitad de la noche aprovechando la celebración del nacimiento de su primo.

— Las mujeres dicen que ________ esta embarazada — Thomas se paro en seco al escuchar ese rumor — Convenció al chico para salir del castillo para evitar represalias para su familia ¿Eso es verdad, Thomas? 

El chico estaba invocando la poca paciencia que tenia, suspiro antes de sobar el puente de su nariz. Los demás temblaron al ver que molestaron a su jefe mientras tragaban saliva porque su familia era la mas cercana a la realeza cuando a sirvientes se tratara y si el joven deseaba podría decirle a la Reina que los enviara a morir como unos traidores.

— No, ______ nunca estuvo embaraza — Reanudo su andar, mantenía una expresión neutra por fuera cuando paso frente de ellos pero estaba inquieto y preocupado. Una vez unos cuantos pasos alejados de ellos en su rostro se vi sus sentimientos verdaderos — No sé porque razón se ha escapado o si de verdad escaparon.

— ¿Crees que alguien se los ha llevado? — Cuestiono uno de los chicos que lo acompañaban 

— Miraz es un hombre de muchos aliados y enemigos — Dijo sin pensar bien sus palabras

Siguieron caminando hasta llegar a un cruce de caminos, el chico giro sobre sus talones para empezar a dar instrucciones de quienes irán a cual lado para hacer algunas tareas solicitadas. Estaba tranquilo hasta que escucho la voz del profesor detrás de su espalda cuando los demás se habían retirado.

— ¡Thomas! — Llamo el tutor del joven mientras miraba lo miraba con desaprobación — Solicito tu ayuda

Los demás chicos miraron llenos de curiosidad pero no dijeron nada al respecto, se fueron dejando a su jefe con su soledad. Thomas apretó los puños con ira, giro sobre sus talones encarando al hombre frente él, en sus ojos se notaba la tristeza. El profesor noto su estado de ánimo, solicito su ayuda para distraerlo de su preocupaciones.

— ¿Para qué me ha llamado? — Dijo cruzando sus brazos sobre su pecho — No pienso volver a limpiar los establos como castigo. Prefiero limpiar las armas, es menos asqueroso

— No te llame para castigarte por no hacer tus deberes académicos — aclaro el señor de cabello blanco — Estas preocupado por tu prima, se nota en tu rostro. Debes lucir decepcionado de ella para no levantar sospechas

— Lo sé, pero me preocupa el bienestar de mi prima y su alteza — Susurro recargándose en el marco de una ventana cercana 

— No podemos hablar de esto en el pasillo — Dijo en voz baja mientras observaba a los guardias que pasaban — Necesito que me ayudes a llevar un par de cosas hasta mi estudio

(...)

El chico caminaba con una pila de libros en sus manos detrás del profesor mientras este estaba cargando unos rollos de algunos pergaminos antiguos, estaban halando sobre la vida personal del chico. En esos años el anciano se había convertido en una figura paterna mas que su propio padre para él.

Narnia: La sirvienta [Caspian y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora