Capítulo 47

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Era temprano en la mañana, las praderas estaban desoladas acompañadas por un cielo gris junto a una brisa gélida que generaba fuertes escalofríos a la persona que se encontraba sentada sobre una roca en una de las partes más altas del santuario. El joven heredero al trono de Telmar admiraba el paisaje en completo silencio sumido en sus pensamientos, sin embargo, un hombre de edad avanzada que portaba una camisa azul lo miraba desde la entrada.

El profesor pensaba que esta situación era similar al pasado, donde el pequeño príncipe experimentaba una sensación de estar perdido sin desear admitir que desconocía sus siguientes acciones. El hombre de barba canosa demostraba en sus ojos una especie de amor paternal con el príncipe huérfano, en silencio comenzó a acercarse hasta llegar a su lado para sentarse en la roca junto a su pupilo.

El joven tenia sentimientos encontrados en este momento, se sentía agobiado hasta el punto de ser incapaz de pensar detenidamente cual seria su primera pregunta.

Dijo lo primero que su corazón deseaba saber.


- ¿Por qué tu nunca me dijiste lo de mi padre? - El profesor giro su cabeza para verlo, sus ojos azules repletos de experiencias junto al afecto brillaron un leve momento, de sus labios delgados escapo un suave suspiro mientras Caspian continuaba mirando al vació.

- Mi madre era una enana pelinegra de las montañas del norte. - Comento con una voz tranquila ocasionando que su aprendiz girar la cabeza a la izquierda para verlo en un intento de comprender la linea de pensamiento de su mentor. Un profundo suspiro escapo nuevamente de sus labios bajo la atenta mirada del joven castaño.- Arriesgue mi vida todos estos años para que un día.... Tu fueras un mejor Rey que aquellos hombres que te precedieron.


El silencio se instalo entre ambos durante unos escasos segundos, Caspian bajo su cabeza antes de contestarle a su mentor.


- Entonces... Te he fallado. - El joven sentía que el objetivo de su profesor se había convertido en una derrota después de los acontecimientos en el asalto al Castillo Real.


El profesor giro su cabeza para verlo, el rostro de Príncipe Caspian mantenía una expresión lúgubre. Cornelius a lo largo de su vida logro comprender que la misma era compleja, en la mayoría de los casos debíamos enfrentar situaciones complejas que ocasionaban que la desesperanza se instalara en nuestros corazones mientras sentíamos nuestro mundo desmoronarse, no obstante, eran esas situaciones que nos enseñaban nuestra capacidad de resiliencia. 

Cornelius sabia que este camino era complejo, pero conocía las capacidades de su alumno mejor que el mismo e incluso estaba seguro que el joven príncipe podía levantarse victorioso de esta situación. 


- Caspian, lo que dije. - Sus palabras eran acompañada de una mirada amorosa, mientras tenia sus manos juntas sobre su barriga un poco voluminosa. - Y todo lo que no te dije, lo hice porque siempre creí en tus capacidades. Es tu oportunidad de convertirte en la más noble contradicción en la historia. - El profesor observo las praderas mientras recordaba parte de su niñez. - El Telmarino que salvo Narnia.


Esas palabras dejaron sorprendido al castaño, sin embargo, era el golpe de realidad que necesitaba para levantarse después de la derrota que había experimentado.


(...)


El mayor de los hermanos continuaba en el sector de la tumba donde se encontraba la mesa de piedra, observaba sentado en uno de los escombros la pared con la escultura del León en completo silencio. Peter se encontraba sumido en sus propios pensamientos que fue incapaz de percatarse que su hermana menor se estaba acercando hasta el momento donde se sentó a su lado, la más pequeña suspiro antes de entrelazar sus manos para observar la misma pared.


- Tienes suerte Lucy. - Comento el mayor ocasionando que la joven girara su rostro para verlo detenidamente. 

- ¿De qué hablas?

- Tu pudiste verlo. - Sus ojos azules estaban fijos en la pared, en los últimos días se había percatado que estaba convirtiéndose en una persona más escéptico causando que empezara a sentirse frustrado consigo mismo. El silencio se instalo entre ellos hasta que volvió a hablar. - Desearía que me hubiera dado alguna prueba.


Una prueba de su existencia, de su presencia, alguna muestra para que lograra tener el valor suficiente.

Se sentía tan perdido en ese momento.


- Quizás, seamos nosotros quienes tengamos que darle una prueba en esta ocasión.  - Los ojos de Peter observaron a su hermana menor mientras sentía las lagrimas amenazar con salir de sus ojos. Asintió una vez con su cabeza mientras Lucy acariciaba su brazo con afecto para volver a mirar la pared.


Darle una prueba a Aslan. Una prueba de fe en su persona así como las capacidades que tenían los Reyes que el había escogido. Una nueva persona se adentro a la habitación, los ojos de Edmund rápidamente dieron con su hermano mayor, se apresuro a caminar hasta llegar a sus hermanos con la intención de comunicarles el cambio de situación.


- Pet. - Llamo causando que el mayor girara su rostro para verlo junto a Lucy. - Tienes que ver esto.


El rostro del mayor de los hermanos demostró por unos segundos una pizca de angustia, estaba esperando que Miraz moviera sus tropas aunque esperaba tener algo más de tiempo. El joven de cabello rubio tomo una respiración profunda mientras calmaba su expresión antes de levantarse junto a la joven de cabello color miel para empezar a seguir a Edmund hasta una de las partes altas del santuario, los ojos azules de Peter distinguieron rápidamente la espalda del  Príncipe quien tenia su mano derecha descansando sobre la vaina de su espada mientras miraba la fuente del gran ruido en compañía de su novia.


- Es una cucaracha persistente. - Comento entre dientes _______ causando que su pareja se limitara a asentir antes de verla por unos segundos. - Las cucarachas como él, deben de ser espantadas hasta que dejen de molestar.


El antiguo Rey se coloco al lado de la joven con orejas de fauno, su hermano menor se encontraba a su derecha mientras la más pequeña de los hermanos estaba al lado izquierdo del Principe. Los cinco observaron en silencio las tropas de Miraz acercándose, el Gran Rey Peter giro la cabeza a la derecha para intercambiar una mirada con Caspian antes de ver nuevamente a sus enemigos, la infantería de las tropas de Telmar marchaban al mismo tiempo, los soldados usaban sus armaduras de hierro que brillaban levemente con el sol de las primeras horas de la mañana, sus rostros se encontraban ocultos por unas mascaras del mismo material que las armaduras. Los soldados usaban ese uniforme, levantaban sus escudos así como lanzas con una gran cantidad de orgullo. 

El sonido de las ruedas de las catapultas sobre la tierra causaba que los animales del bosque negro buscaran un nuevo escondite, los pájaros buscaban un nuevo lugar para esconderse porque presentían que su tranquilidad acabaría pronto... El sonido de las tropas acercándose al monumento causo que los Narnianos se sintieran tensos, Reepicheep* trepo una roca para observar mejor junto a sus camaradas la situación. En medio de las tropas enemigas se abrió un camino dándole las tropas permiso a unos hombres sobre caballos que comenzaban a posicionarse delante del batallón.


- Miraz como siempre causando un escándalo. - Comentó Thomas  quien había llegado recientemente junto al Profesor Cornellius, la Reina Susan y Nikabrik. La mayor de las hermanas giro su rostro para ver al mestizo de ojos dorados.

- Thomas, no subestimes nunca a tus adversarios. - Reprendió Cornellius, como de costumbre, al chico antes de darle un jalón de oreja ocasionado una suave risa por parte de la joven castaña causando que el más alto se sonrojara. - No bajes la guardia aunque parezca que tienes el control, ese consejo va para todos ustedes... Aunque los Reyes y Reina no necesitan que lo recude.

- Muchas gracias por su preocupación. - Susan sonrió de manera dulce mientras le agradecía de manera sincera.


Las ocho personas que estaban mirando desde la distancia de su base lograron apreciar como un caballo de color blanco empezaba a caminar de manera solemne, su jinete era un hombre con armadura dorada que todos pudieron identificar como el usurpador del trono de Telmar. 


(...)



Las tropas de Miraz no habían realizado algún movimiento, por consiguiente, los lideres de la revolución narniana decidieron realizar una reunión de emergencia para escuchar el plan del Rey Peter. Sin embargo, Trumpkin parecía inconforme con las ideas de su monarca.


- Tazas y timbales. - Comento con las manos sobre la mesa, miraba con asombre a su líder mientras pensaba que el joven perdió la cordura. - ¿Ese es tu plan? - Cuestiono rápidamente, antes de alejarse de la mesa para caminar mientras señalaba la dirección del bosque .- Enviar a una niña ha ese oscuro bosque repleto de peligros ¡¡¡Sola!! - El enano rojo realizo énfasis en la ultima palabra.

- Solo eso nos queda. - Señalo de manera segura mientras intentaba buscar que el enano de cabello pelirrojo comprendiera la situación. 

- No dejare que vaya sola. - La Reina Susan decidió interceder en la discusión, coloco una de sus manos sobre los hombros de su hermana pequeña.


Los ojos de Thomas se encontraron con los castaños de la joven Reina, aunque Susan supiera luchar la idea de enviar a ambas mujeres solas a un bosque completamente oscuro lleno de peligros, además de un ejercito enemigo detrás de sus espaldas, era una idea desagradable para él, no obstante, la situación era lo suficientemente tensa como para crea más roces innecesarios. Trumpkin camino hasta encontrase frente a la menor de los hermanos sus ojos trasmitían la angustia por el bienestar de la joven Reina así como el temor de perderla.


- ¿No han muerto suficientes en esta guerra? - Cuestiono a la joven de cablello color miel.

- Son demasiadas muertes de personas inocentes. - La voz de ________ resonó por todo el lugar, causando que volvieran a verla. La líder de los faunos soltó un profundo suspiro antes de levantarse junto al Buscatrufas. - Es por eso, que debemos tomar todas las opciones disponibles para evitar más derramamiento de sangre.

- Aunque esas opciones tengan un riesgo elevado, ayudaran a detener esta situación. - Las palabras de Thomas iban en contra de la angustia que sus ojos trasmitían, sin embargo este hecho únicamente fue claro para la joven de cabello castaño.

- Nikabrik también era mi amigo, pero perdió la fe. - La voz del animal de pelaje bicolor sonaba desanimada por recordar ese hecho, su mirada estaba sobre el enano rojo. - La Reina Lucy no ha perdido la fe y claro, yo tampoco lo he hecho.

- Por Aslan. - Reepicheep desenfundo su espada mientras reafirmaba su fe en el León mágico.

Narnia: La sirvienta [Caspian y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora