Capítulo 48

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Los ojos oscuros repletos de sed de sangre de Miraz se encontraban sobre los hermanos que decían ser los primeros reyes de estas tierras, el hombre de cabello oscuro empezó a acomodarse los antebrazos de su armadura mientras hablaba en voz baja con la intención que únicamente el General Glozelle así como sus hombres de confianza fueran capaces de escucharlo.



- Si acaso, el triunfo no parece ser mío... - El Rey Miraz levanto su mentón señalando la ballesta que cargaba el Glozelle quien rápidamente capto las intenciones de su señor apretando con un poco más de fuerza su agarre sobre el arma.

- Como ordene, Majestad. - Dijo con calma mientras lo observaba.



Glozelle trabajo para dos reyes diferentes durante su vida, cuando comparaba las acciones del padre del legitimo heredero con su hermano menor era inevitable que pensara que el hombre a quien servia en este momento era un monstruo sediento de poder y sangre, sin embargo, nunca dejo de trabajar para él mientras el joven príncipe crecía en el Palacio Real. 

En el interior de su ser, aquella inconformidad creía cada día más.

El hombre de cabello oscuro volvió a girar su cabeza al frente encontrando que los dos jóvenes estaban cerca de entrar en la plataforma causando que se levantara de su asiento con apremio, Peter detuvo su andar para girar a ver a su hermano menor quien tenia su espada en mano, Edmund asintió con la cabeza dándole confianza a su hermano mayor para que desenvainara su espada, al hacerlo fue capaz de escuchar los victoreos de los ciudadanos que dependían de él. ______________ dejo el ramo de flores silvestres sobre una roca para sujetar la vaina de color rojo entre sus manos que contrastaba con el color azul claro de su vestido.

El Rey de los telmarinos giro sobre su propio eje para encontrarse con la mirada de lord Sopespian que admiraba al Gran Rey, con brusquedad le arranco su casco de las manos para colocárselo.



- Espero que no quedes muy decepcionando. - Las palabras del hombre de piel clara eran sarcásticas mientras estaban acompañadas por un aire de superioridad debido a que sospechaba que Sopespian estaba tramando su deseo desde hace varios años, es decir, matarlo. - Cuando sobreviva. - Sus palabras eran severas, se coloco el casco con decisión sobre su cabeza.



Miraz dejo escapar el aire que retenido en sus pulmones antes de girar su cuerpo al lado izquierdo donde se encontraba uno de los nobles más jóvenes sujetando su espada, sin distinguirle la palabra al más joven desenvaino su arma y sujeto el escudo con el emblema de su Estado para girar sobre su propio eje con la intención de quedar frente al mayor de los hermanos Pevensive antes de caminar en su dirección mientras el joven rubio realizaba las mismas acciones con la parte de metal del casco que cubría su rostro levantado.

La tensión del lugar era capaz de cortar mejor que las espadas que portaban el Rey Telmarino y el Rey de Narnia. 

Las personas que estaban observando el duelo sentían su corazón latir con fuerza, la mirada azul del Antiguo Rey se encontraba atentamente sobre su enemigo, sus ojos demostraban su determinación en salir victorioso por su gente que en realidad no le interesaba ver los ojos oscurecidos por la venganza que mantenía el hombre con el casco de color dorado sobre su rostro.

Los dos caminaba en círculos esperando ver quien atacaría primero.



- Aun hay tiempo de rendirse. - La voz de Miraz sonaba perfectamente bien a pesar del metal que estaba cubriendo su rostro. El hombre intentaba que Peter dejara atrás la idea del duelo, sin embargo la mirada del joven estaba repleta de determinación. 

- Por mí, adelante. - La voz de mayor de los hermanos sonaba seguro de si mismo, no dejaría que su pueblo sufriera un genocidio mientras el estuviera respirando.*

- ¿Cuantos más morían por el trono?

- Solamente uno. - Sus palabras eran tajantes, repletas de seguridad en su cuerpo mientras bajaba por completo el casco cubriendo su rostro de posibles heridas.



El mayor de los cuatro hermanos sujeto con más fuerza el mango de su espada, Miraz permanecía en una posición defensiva con su espada en alto. El joven de ojos azules comenzó a correr en la dirección de una piedra para impulsarse al momento de saltar proporcionando un golpe potente al escudo del hombre de mayor edad mientras con su brazo izquierdo cubría el ataque del usurpador, escucho los gritos de apoyo de su gente mientras aterrizada en el piso para levantar su brazo derecho con la intención de volver a dar una estocada a su enemigo que fue cubierta con el escudo.

El hombre de ojos marrones uso el escudo con el emblema de Telmar para golpear la cabeza del joven ocasionando que quedara levemente aturdido.



(...)



Las hermanas observaron la luz al final del túnel ocasionado que la más joven sonriera mientras se abrazaba más a su hermana mayor, en cuestión de segundo salieron de los caminos de la catacumbas, el olor al bosque inundo por completo sus fosas nasales causando que apareciera una leve sonrisa en el rostro de las dos jóvenes quienes siguieron cabalgando en completo silencio, llegaron hasta una pequeña colina donde del lado derecho estaba ubicado un pequeño rió, no obstante, en la colina de al lado que dejaba ver donde estaban escucharon el galope de varios caballos así como el sonido de los relinchos.



- Mierda, ¿Estuvieron esperando que saliéramos? - La Reina Susan pensó para si misma mientras apretaba con más fuerza las riendas del caballo antes de buscar apurar el galope del animal. 

- ¡Allá están! - Grito uno de los soldados.



La joven de cabello avellana giro su cabeza encontrándose con varios soldados a caballo detrás de ellas decidios a buscarlas.



- Susan, nos encontraron. - Anuncio la menor de los hermanos ocasionando que su hermana girara la cabeza para poder divisar la cantidad de hombres que las seguían antes de chasquear la lengua para retomar su mirada al frente. 



La segunda mayor de los hermanos golpeo las riendas del caballo con más fuerza antes de acercarse a las orejas del animal para susurrarle que la disculpara pero era necesario que avanzaran más rápido. El animal emitió un sonido en respuesta, cuando salieron del espacio de la colina se adentraron en un sitio más amplio con varios arboles que sus puntas llegaban hasta lo alto del cielo, en los ojos avellana de Susan había un brillo de determinación, sujeto las riendas con firmeza deteniendo el caballo antes de bajarse bajo la atenta mirada de su hermana menor.



- Toma las riendas. -  Su voz sonaba tranquila en un pequeño intento de alejar las preocupaciones de su hermana menor. Un intento que fallo estrepitosamente.

- ¿Qué es lo que haces? - La voz de Lucy sonaba angustiada, sus ojos estaban llenos de angustia después de ver las intenciones de su hermana mayor quien en respuesta suspiro antes de contestar.

- Perdóname Lucy. - La más joven de los hermanos Pevensive observo a la distancia por donde habían venido las dos, era capaz de entender que Susan intentaba protegerla pero eso no quitaba el hecho que le preocupaba que los soldados la atacaran cuando estuvieran separadas. - Pero tendrás que irte sola después de todo. 



La mirada azulada de la reina Susan estaba repleta de confianza así como dulzura, el amor que sentía por su familia era lo suficientemente grande para evitar que el miedo a la muerte paralizara su cuerpo por completo, su mano derecha golpeo el caballo quien por inercia empezó a galopar rumbo a su destino. La fémina saco una flecha detrás de su espalda antes de tensar el arco preparándose para enfrentar a los soldados, determinada en evitar que avanzaran más para que su hermana pudiera llegar hasta Aslán.

El silencio del bosque junto a los pasos del caballo detrás de su persona eran una ayuda para que permaneciera alerta, cuando los pasos se detuvieron observo detrás de su cuerpo para encontrarse a Lucy observándola, en consecuencia, Susan le dedico una sonrisa dulce para brindarle seguridad. La joven asintió con la cabeza levemente antes de marcharse por la colina.

La mirada azulada de la Reina volvió a ver al frente mientras sus ojos brillaban con determinación, el sonido era cada vez más cerca.

Cuando distinguió el primer soldado a la distancia levanto su arco colocandolo correctamente a la altura de sus hombros con su espalda recta, sus dedos rosaban su mejilla, su mano derecha sujetaba con firmeza el arma mientras dejaba escapar el aire que retenía sus pulmones antes de disparar la primera flecha. El primer soldado recibió la flecha en su corazón, su cuerpo inerte termino cayéndose del caballo que continuaba su galope, Susan no tenia tiempo para esperar,  rápidamente saco una nueva flecha de su carcaj para tensar las cuerdas del arco disparando a su segundo oponente con velocidad, ella continuo atacando a las personas que estaban acercándose pero... El ultimo de los solados telmarinos era veloz, en su mano izquierda mantenía su espada alzada mientras se acercaba a una gran velocidad.

Narnia: La sirvienta [Caspian y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora