❤️ Capítulo 40 ❤️

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El refugio que antes había sido una tumba antes actualmente era un desastre debido al enfrentamiento que ocurría al rededor de la mesa de piedra.

El Rey Peter empezó a correr en dirección de la autoproclamada sed, su espada estaba levantada con la intensión de acabar con aquella mujer con plumas verdes repugnantes. Cuando la espada brillante del joven de cabello rubio fue en su dirección, uso la lanza con la cual había invocado a su maestra para bloquear el ataque con una sonrisa burlona.

– Los niños no deberían de jugar con espadas. – Su voz era áspera, sonaba cuando una persona tiene la garganta seca —. ¿Por qué te esfuerzas tanto en jugar el papel de un líder? Estás perdiendo tu tiempo

Peter prefiero ignorar su comentarios, fue fácil determinar que era una manera de buscar distraerlo en el enfrentamiento para hacerlo bajar la guardia y darle una muerte rápida. El mayor de los Pevensive no podía dejar de respirar, personas lo necesitaban en Narnia así como en su mundo original.

El joven únicamente le dedicó una sonrisa suave causando escalofríos en la espalda de la mujer.

(...)

El enano rojo diviso a su mejor amigo con decepción en su mirada mientras chocaban sus espadas causando que el material de las armas emitiera un sonido desgrador.

— Nikabrik ¿Perdiste la cabeza? — Le cuestionó mientras bloqueaba uno de sus ataques.

Una suave risa escapó de los labios del enano negro, sus ojos estaban opacos, este hecho causo un mal presentimiento sobre el hombre de cabello pelirrojo.

— ¿Me he vuelto loco? — Su mirada demostraba enojo, en cuestión de segundos logro desarmar a su amigo y arrojo su cuerpo al suelo. Sus ojos sin vida, empezaron a ponerse rojos dando una apariencia de enloquecidos. — Estás confiando nuestra supervivencia en niños que están jugando a ser héroes, ¿Acaso eso te parece lógico?

Las palabras resonaron sobre su cabeza varias veces, era capaz de comprender la poca esperanza que tenía. Las guerras así como la vida se trata de cambios que tardan en dar resultados.

Nikabrik se encontraba cegado por la frustración que era primo de la rabia.

El enano que estaba en suelo empezó a retroceder hasta que su espalda choco contra la mesa de piedra, diciendo que no tenía otro lugar al cual ir. Su amigo con los ojos enloquecidos levanto su espada.

— Es una pena que por tus creencias en viejas leyendas sin sentido no puedas ver nuestra libertad traída.

Los ojos marrones del enano estaban clavados en el filo de la espada, podía sentir la muerte susurrándole al oído palabras tiernas mientras un par de manos gélidas se posaban sobre sus hombros.

No supo en qué momento la Reina Lucí acudió a su rescate.

La joven de ojos tiernos estaba detrás de Nikabrik, con un ligero movimiento logro desarmarlo e incluso coloco la propia arma del enano en su cuello de manera amenazante.

La joven reina no dejaría que inocentes fallecieran injustamente frente a sus ojos, pero el enano parecía estar encantado bajo un hechizo que le otorgaba más fuerza de la esperada causando que pudiera torcer el brazo de Lucy.

Ella grito de dolor mientras el enano de cabello oscuro le arrebataba el arma y lanzaba su cuerpo al frío suelo. Las palmas de sus manos fueron su soporte, antes de girarse rápidamente quedando frente a frente del enano que estaba levantando su espada.

— Los niños no deberían meterse en temas de adultos. — Dijo de manera ligera sin mírala demasiado, con cada paso que daba ella retrocedía hasta que su espalda golpeó la pared. — ¿Tienes miedo a morir?

Los ojos de Lucy estaban sobre el arma, mientras pensaba en esa pregunta directamente.

Su mundo original fue consumido por la Guerra mundial, escucho miles de historias por soldados de como sus amigos o familiares dieron sus vidas luchando por defender a su país. Incluso su padre tuvo que ir al frente. Su niñez estuvo marcada por la posibilidad de morir por un bombardeo aéreo.

La muerte.... Era una amiga que estaba hastiada de la soledad.

Aunque tenía un arma delante suyo, su corazón estaba latiendo con tranquilidad. Su pequeño amigo no podía quedarse con los brazos cruzados, se levantó con rapidez del suelo, recogió su espada que estaba en el suelo y aprovechando que Nikabrik estaba de espaldas lo apuñaló.


(...)

Los ojos de __________ se concentraron en la ancha espalda del Principe que amaba más que su propia vida, un suave suspiro salió de sus labios rojos antes de empezar a correr en su dirección usando los conflictos creados por los Dos Reyes de antaño junto al enano como distracción.

Se subió a la mesa de piedra para acortar el camino, sus ojos oscuros se encontraron con los de la Bruja Balanca.

Los ojos contrario estaban llenos de frialdad, no había emociones que ___________ pudiera leer en ese momento causando que una nueva apareciera en su rostro, ¿Cómo era posible qué incluso no viera arrepentimiento en una dictadora?

Con rapidez bajo de la mesa de piedra, se acercó hasta Caspian.

— ¿Qué esperas? — Murmurro Jadis entre dientes admirando al joven príncipe que estaba tendiendo su mano. — Rápido

El Rey Peter se acercó hasta la joven princesa de los faunos, ambos compartieron una mirada cómplice dejando en claro sus próximos movimientos. __________ uso su cuerpo para taclear el cuerpo del principe causando que ambos terminarán en el suelo con una posición comprometedora.

El joven de cabello oscuro empezó a reaccionar luego de unos pequeños segundos, sus ojos se encontraron con los de la joven que estaba sobre su cuerpo sujetando sus manos sobre su cabeza.

Sus mejillas empezaron a sonrojarse de manera involuntaria.

— Pensé que deseabas esperar hasta nuestra luna de miel. — Menciono con una suave sonrisa, ahora era la joven quien tenia las mejillas rojas debido a la vergüenza

— N-no es lo que piensas. — Se apresuró a decir mientras su cabello caía entre amos causando una pequeña cortina impidiendo que otras personas vieran sus rostros. — Estabas dentro de un círculo mágico, tu conciencia estaba atrapada por la Bruja Balanca ¿Qué demonios estabas buscando con ella?

El rostro de la joven empezó a llenarse de preocupación, sus ojos se cristalizaron y lágrimas sin aviso empezaron a bajar de sus mejillas. Las lágrimas de la joven fauno se derramaron sobre las mejillas del principe causando que su corazón experimentará dolor.

— ¿Esas lágrimas las he causado yo? — Ese era el pensamiento que estaba en la mente del principe

Caspian acercó su mano hasta una de sus mejillas empezando a secar unas cuantas lágrimas antes de con sus brazos abrazarla generando por inercia que el cuerpo de _________ terminará recostado sobre su pecho.

— Perdóname, debí asustarte mucho. — Susurro de manera delicada en su oído mientras acariciaba du cabello.

Narnia: La sirvienta [Caspian y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora