── 사쯔 ˎˊ-
Sana es una omega, princesa de Seúl. Se suponía que ella sería la reina de este pueblo, pero al ser una omega, no podía tomar el trono; era literalmente inservible y su hermana menor siempre la maltrataba.
Un día, su padre llega y le dice...
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Sana, Nayeon, Dahyun y Sanha, actual omega del rey de Daejeon estaban en la habitación de Sana y Tzuyu. Se habían cambiado a esa habitación porque a Nayeon le incomodaba que el cuarto omega desconocido para ella este en su habitación donde tenía un pequeño nido. A la pelirrosa no le molestaba que Sana o Dahyun estuvieran allí, porque ellas eran familia, personas en quien confiaba.
La guerra se estaba llevando a cabo, pero Sana sentía su lazo un poco tenso por lo que trataba de calmarse para así no alterar a su cachorra.
La puerta de la habitación es abierta y Jeongyeon junto a Eunwoo entraron a la habitación.
— ¿Dónde está Tzuyu y Momo? —pregunta Nayeon al notar que faltaban ellas.
— E-Ellas... ambas... —la reina de Seúl se puso nerviosa al notar la mirada enfadada de su hermana y su prima— Han bajado al campo de batalla...
— ¿¡Qué!? —grita Dahyun en cuanto escucha eso.
— ¿C-Cómo que han ido allá? —pregunta Sana sintiendo sus lagrimas en los ojos.
— Los reyes de Busan e Incheon han dicho que... —la menor es interrumpida.
— ¿I-Incheon? —la débil vos de Dahyun se escucha— ¿M-Mi padre decidió ayudar a-a Busan? —Dahyun empezó a derramar lagrimas.
— Dahyun, yo... lo siento —Jeongyeon se acerca a su prima, abrazándola.
— N-No importa... —susurra esta.
— ¿Por qué Tzuyu y Momo se fueron? —cuestiona Sana entre lagrimas.
— Los reyes dijeron que querían a nosotros cuatro allá, pero Tzuyu dijo que solo iría ella y Momo la acompaño —explica la castaña.
Jeongyeon iba a decir algo más, pero unos ruidos extraños se escuchan desde afuera. La reina de Seúl abre la puerta y se da cuenta que los sonidos son de la entrada del castillo, estaban tratando de tirar la puerta.
Ambos alfas se alteran inmediatamente al notar que trataban de entrar al castillo, donde los omegas y cachorros estaban.
Escuchaban los estruendos que no se detenían, hasta que el sonido de las puertas abriéndose se pudo escuchar hasta la zona de las habitaciones.
— Tenemos que ir a ver que es lo que ocurre —dice Jeongyeon mirando a su omega.
— No... no vayan... —Nayeon dice.
— Tenemos que atacar a lo que sea que logro entrar. Si no lo hacemos, llegaran aquí y no dejare que entraran a la zona de habitaciones —gruñe la alfa— Cuídense.
Jeongyeon se acerca, le da un beso en la frente a su cachorra y un profundo beso en los labios a su omega.
