Capítulo 11.

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 Sana se encontraba dándole un abrazo a su padre, ya era hora de que volviera a Daegu y no sé volverían a ver hasta la boda

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Sana se encontraba dándole un abrazo a su padre, ya era hora de que volviera a Daegu y no sé volverían a ver hasta la boda.

— Cuídate, hija —dice con una sonrisa el rey de Seúl.

— Adiós, papá —dice igualmente con una sonrisa la rubia.

— ¿No te despediras de mi, hermanita? —Jeongyeon mira con burla a su mayor mientras se acerca a ella.

La castaña le da un abrazo a la mayor mientras esta simplemente se queda tensa en su lugar, la rubia sabía que Jeongyeon solo la abrazaba para dejar su aroma en ella y molestar a Tzuyu.

— Nos vemos en la boda, hermana —Jeongyeon se separa rápidamente de Sana al ver cómo Tzuyu se acercaba a ellas— Si necesitas que grité "yo me opongo" simplemente me avisas —la castaña guiña un ojo.

Para cuando Jeongyeon dijo eso último, Tzuyu ya estaba a un lado de Sana, por lo que gruño por lo bajo al escuchar lo que decía la menor.

— Jeongyeon... —su padre le llama en advertencia para que no moleste más a Sana.

— Sana, ¿Por qué aún no tienes un anillo en tu dedo? —la menor agarra la mano izquierda de la rubia, haciendo que los vieran que evidentemente no había anillo.

— Porque aún no se lo entrego —responde está vez la azabache.

— ¿Entonces ya tienes el anillo por ahí? —Chaeyoung se acerca a las tres.

La menor de los Chou mete su mano discretamente en el bolsillo de la gabardina que traía puesta Tzuyu, sintiendo la caja y sacándola para por fin tenerla en sus manos.

— ¡La tengo! —Chaeyoung traía en las manos la caja roja con decoraciones doradas.

— ¡Chaeyoung, dame eso! —exclama preocupada la mayor al notar lo que tenía en manos su hermana.

Jeongyeon rápidamente le arrebata la caja a Chaeyoung para después dejarla en manos de Sana, que estaba sorprendida por lo ocurrido. La rubia tenía la caja en manos, pero decidió no abrirla, hasta que Chaeyoung se acerca y se la quita, ella la abre enfrente de la rubia.

— Deja a la boba de mi hermana y cásate conmigo —Chaeyoung claramente estaba bromeando.

— ¡Chou Chaeyoung! —un fuerte grito se escucho.

La nombrada volteó y vio a sus padres, ambos tenían el ceño fruncido y brazos cruzados. En aquel momento, Chaeyoung supo que estaba en grandes problemas.

— Ya puedo ver la muerte llegar por mí —susurra y Sana ríe al ser la única que escucho aquello.

Chaeyoung le entrega rápidamente la caja a Sana; la cajita roja aún se encontraba abierta, y aquello le dió oportunidad a la rubia de apreciar más el anillo. Los reyes y Tzuyu se apresuraron para quitarle la caja a Sana, y fue la reina quién le quitó la caja a la rubia, quién se sobresalto un poco.

— ¡Chaeyoung, ven aquí ahora mismo! —el fuerte grito de la reina se escucha por todo el castillo.

La menor de los Chou claramente no hizo caso y salió del castillo, yendo al jardín delantero. El rey Minatozaki se encontraba regañando a la menor de sus hijas, que no le prestaba la más mínima atención a su padre.

[👑]

Después de dos días de viaje en carruaje, por fin habían llegado a Daegu. Era de noche, pero tampoco era tan tarde, por lo que los reyes y las princesas van al comedor para cenar. Los reyes Chou ya se habían encargado de darle un buen regaño a la menor de sus hijas, la cual no se arrepentía de nada. La cena paso tranquila, hasta que los reyes decidieron decir algo.

— Veo que tú y Sana se llevan mejor, ¿Por qué no se pasa a tu habitación? —el rey pregunta, sorprendiendo a ambas princesas.

— ¿Q-Qué? —Tzuyu tartamudea.

— El día que Chaeyoung y Jeongyeon estaban con ustedes en la habitación, las ví en una posición muy comprometedora —ríe el rey— Si pudieron dormir en Daejeon juntas, pueden hacerlo aquí.

Sana y Tzuyu se miraron incómodas; era cierto que en la presencia de Jeongyeon, Tzuyu se había vuelto más protectora con Sana, lo que la llevaba a estar más pegada a ella; pero ahora ya no estaba la castaña, aunque de todas maneras quería estar junto a la rubia.

Tzuyu asintió, sabiendo que si decía que no, sus padres insistirían, además de que tampoco le molestaba estar en la misma cama que Sana.

La cena termino y los reyes le pidieron a Sana que fuera por sus cosas para pasarlas a la habitación de Tzuyu. La rubia hizo caso y con ayuda de la omega, Jihyo, pudo llevar todas sus pertenencias.

Cuando llegaron a la habitación la azabache ya estaba en pijama, ordenando algunas de sus prendas para que las de la rubia pudieran caber en el armario. Después de ordenar, Jihyo se retiro, dejando a ambas princesas solas en la habitación.

Tzuyu le indico a Sana donde estaba el baño, para que pudiese cambiarse su pijama en paz. Cuando la rubia salió, Tzuyu ya estaba acostada en una parte de la cama, espero a que Sana se acomodará en la cama y apagó la vela que estaba en su mesita de noche.

[👑]

Tzuyu despertaba lentamente, tomando conciencia, la cual le hizo darse cuenta del aroma a algodón de azúcar y el cuerpo que tenía en brazos.

La azabache abrió sus ojos y se dió cuenta como se encontraba rodeando la cintura de Sana, teniendo posada su mano en el vientre descubierto de Sana. El que estuviera descubierto sobresalto a Tzuyu y noto como la camisa de la rubia estaba levemente levantada, dejando solo su vientre y ombligo descubiertos.

La omega le estaba dando la espalda, estaban en la posición de la cucharita. Sin darse cuenta, Tzuyu empezó a acariciar el vientre de la omega; donde en un futuro tendría sus cachorros.

Mis cachorros... —susurro Tzuyu, sobresaltada al darse cuenta que su lobo fue quien hablo y por lo que dijo.

Sana iba despertando lentamente debido a las caricias que sentía en su vientre... su vientre. Sana se asusto al sentir una mano en una zona muy sensible para los omegas; pero extrañamente al notar que era Tzuyu, se tranquilizó. La rubia cerró nuevamente sus ojos, disfrutando de las caricias que le daba la mayor, hasta que siente un dolor en la zona que acariciaba la alfa.

 La rubia cerró nuevamente sus ojos, disfrutando de las caricias que le daba la mayor, hasta que siente un dolor en la zona que acariciaba la alfa

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