CAPÍTULO 24 #2

52 2 0
                                    

Capítulo 24 #2

—¡Buen día!

Hablo en cuanto veo a mamá de pie cerca de la medianera, arrastra la butaca sentándose despacio antes de verme sobre la taza de café recién preparado que sostiene con ganas. Aún lleva una bata abierta que deja entrever uno de sus diminutos conjuntos de seda.

—Mmm, alguien luce demasiado contenta.

Calla en cuanto recorro la sala, y en minutos ajusto correctamente su vestimenta.

La mirada de Alioth se ciñe al otro lado de la cocina.

Dedico un morro observándola, ella luce risueña y confundida, totalmente.

—¿Qué? Hay corriente. Uf.

Finjo en tanto me abrazo.

—Bien. —Responde y acaricia mis brazos al paso que me estudia, me separo al tiempo, ella me sigue con la mirada, llego hasta otra taza batiendo la cabeza al son de la canción que se oye—. Debo ir a Angelo, cancelé las reuniones de hoy. Considero ocuparme un poco más de la tienda, Kevin se está portando muy extraño. Ni bien me presento, pregunta si aún tiene el empleo.

Sacude su cabeza consternada.

Fracaso e intento seguir en lo mío, cuando mis hombros tiemblan por la risa tras imaginar al rubio rogando.

No ayuda la presencia y sonrisa pícara del músico, este da unos cortos pasos, y si pudiera lograría sentir su calor junto a mi lado.

Sus ojos son dos bochas de aguas cálidas, sé lo que desea decir. Se detiene cuando mamá interrumpe.

—¿Me oyes, Candela?

Por un instante no sé si se dirige a mí. Hasta que el moreno responde sonriendo con suficiencia.

Apoya la espalda en la mesa en lo que confronto a mamá, ella posee sus ojos brillantes y entretenidos.

—Raro, pues te noto despistada. Eso no sucede demasiado.

—¿Ah, no? —Amago con la mano frente a mi cara, esfumando la niebla—. Ayer estudié con Adams, estuve pésima, ya sabes. Con él. Fui totalmente una bestia.

Su risa inunda la sala.

—¿Tú, maliciosa?

Empequeñece sus ojos. Sé que se está burlando, y no ayuda el susurro del chico a mi diestra cerca del oído: "Malita, muy, pero que, muy mala. La misma que me trató de hijo de puta".

Su voz... Cierro los ojos mendigando pensamientos puros.

—Sí, yo suelo ser eso. Pero ayer, ayer fue otro nivel.

Bajo la vista, estoy realmente avergonzada, continúo diciéndome que debo dar a mi compañero una verdadera disculpa, no sé cómo, pero ya encontraré la forma de dárselas. Luego a Rocco, que supo escuchar tan bien.

Bueno, ya. Alioth, es otro asunto.

Laura apoya la mano bajo el mentón, espera a que agregue más.

Tomo una respiración profunda, en tanto tuerzo la mandíbula.

—Estoy un poco fuera de mí, es que, estuve pensando mucho —mordisqueo el interior de mi labio inferior—: anoche me hizo bien estar con Rocco.

Mamá eleva las cejas.

—Ya quiero conocer a ese señor. He ido poco a ese lugar. Cuéntame, ha cambiado, fui solo una vez con tu padre.

Pestañeo.

QUASAR  (Versión español) Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora