CAPÍTULO 6
El sol irradia el pavimento sobre las pistas de Skateparks, sumado a un calor apenas tolerable. Si eres capaz de quedarte viendo, claramente notarás el reflejo de vaho, aunque los deportistas están frescos y cada cual apasionados en lo suyo.
Los sonidos de las ruedas en la cubierta del concreto ayudan a dejarse llevar, y aunque me animan a continuar, en un último momento he decidido tomar un descanso.
Desde que partimos del apartamento no he estacionado, todo para no teorizar y aplazar las respuestas a mi amiga, en el momento que giro el cuerpo en dirección a Mely, sé que le debo una explicación.
—¡No más! —Saca fuera el extremo de su lengua exhalando discontinuo—. Aquí me ves, y me quedo hasta que desembuches lo que te tiene así.
Trago el nudo escondido en mi garganta, al tanto desato la bota del patín.
—Alguien estuvo esta mañana fuera del edificio, segundos detrás al despedir a mamá y previamente a tu llegada, de ahí mi alarma. Pudo haber sido más extraño, aquel ni siquiera se presentó. Sabía mi nombre y no dijo otra cosa. Me asusté demasiado. —Dejo la tarea y la miro—. No termino, a-anoche, hubo un momento en la madrugada en que desperté y percibí algo aún más raro.
—Vamooos, Candela Long está dejando lo del escepticismo, ¿y está queriendo explicar acerca de un sujeto paranormal? Ay, esto debo filmarlo. Espera. —Por poco mete su cabeza en su bolso rebuscando, mientras me muerdo el labio, incómoda—. Vamos bebé.
—Melissa. —Le acuso y me concentro en extraer un botellín. Después de hidratarse con agua, tomo el líquido sobre mis labios—. No es nada fácil de exponer, posiblemente fue un sueño o esa clase de suceso de parálisis.
Encojo de hombros.
—Aghr, ya ni sé. Es que al principio dormí divinamente, y al rato la propia cama me embiste, las sábanas se vuelven locas, y quedo enredada. Además, sé que escuché algo antes de caer dormida, alguien me habló y respondí a modo de amigos. Esa voz... Qué curioso, sonó como aquel, El Llanero.
Mely me arrebata el resto de bebida y se lo vuelca por encima, tan desesperada que casi se ahoga.
—Has escuchado al Llanero y a sus hermanos, ¡¿a que son magníficos?! Por lo único en que maldigo al casting.
—Ey, solo oíste la última frase, ¿y la parte del aparecido?
—No lo sé Cand, tal vez fue sugestión por una película de esas de miedo, mmm, ¿tomas tus medicinas?
—Si "Ghost, la sombra del amor" cuenta, a modo de ejemplo, que queda para "El exorcista". —Silencio indignada—. Lo demás, ya no las necesito, los dolores y jaquecas se han ido. —Mentirosa, me recrimino—. Mala racha de exámenes, sabes cómo me ponen.
Su indiferencia, más el reproche, rápidamente me ofusca.
—Evita el estrés, ha sido culpa mía, no debí haberte pedido que fueras al trabajo luego de tus clases, llevas unos días agotadores. Tu cabeza estará en apuros, si no sabes, cómo detenerte a tiempo. —Me observa y noto un sincero arrepentimiento—. De alguna forma cuando me vuelvan a citar instalaré a Hugo, mi hermano, porque con Kevin ni contar. Ese es capaz de pedir paga en horas extras y mitad de mi sueldo.
Bufa, y al instante reímos. Acaricia mi hombro desnudo y sudoroso.
—De acuerdo, por lo que me has contado, dile a tu madre y tomen las precauciones necesarias, hay mucho ladronzuelo suelto.
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QUASAR (Versión español) Parte 1
Teen FictionARGUMENTO En un vuelco tu espacio personal que tanto aprecias, cuál se está "seguro", suele condicionar. A veces, hasta puede volverte ciego e incluso escéptico. Como a Candela Long, que ve la ciencia tan legítima sin encontrarse hechos casuales en...