Hola! soy Tadashi Yamaguchi y soy un omega, mi mejor amigo es Kei Tsukishima, lo conocí en la escuela primaria cuando me defendió de unos abusivos, desde entonces le tengo una gran admiración, siempre fui yo quien lo seguía a todas partes, pero ahor...
Luego de ese hermoso momento con Tsuki, ambos nos volvimos a quedar dormidos.
Me desperté a eso de las 10 a.m. casi brincando al ver la hora. Me puse lo primero que encontré, lo cual fue una polera de "mi amigo" que solía prestarme, y bajé las escaleras a toda velocidad. Me encontré a un rubio serenamente parado en frente del horno mirando lo que sea que hubiese en su interior.
Yamaguchi: Ts-Tsuki *jadea* ¿qué haces aquí? ¿¡no viste la hora?!- me miró con pánico y luego se echó a reir -¡¡Tsuki!!-
Tsuki: P-perdón es que- siguió riéndose y yo no sabía que era más raro, que se estuviera riendo de la nada o que estuviera riendo. Trató de componerse de nuevo -¿sabes que día es hoy Yamaguchi?- mi cerebro trabajo a mil por hora hasta que lo recordé. Hoy era sábado. Me puse como un tomate lo que solo hizo que Tsuki volviera a reírse.
Yamaguchi: ¡¡Tsuki!! Ya basta, no te rías de mi- me puse algo triste pero enseguida se recompuso y puso sus manos en mis mejillas para darme un tierno beso.
Tsuki: ¿tienes hambre?- asentí. Depositó otro beso en mi frente mientras se daba la vuelta para servir algo en unos platos -no soy el mejor repostero pero creo quedó bien- esbozó una media sonrisa mientras yo analizaba la comida que me había entregado. Era una porción de un pastel azul con relleno de fresa el cual había decorado con dos hermosas ranitas de crema. Mis ojos brillaron y mis cachetes se tornaron color carmesí.
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Yamaguchi: Tsuki ¿tú hiciste esto?- asintió completamente sonrojado y con la vista desviada -¡¡está muy bonito!! No deberías haberte molestado- se limitó a darme un beso y pedirme que comieramos. No podía estar más feliz.
*Narra Tsuki*
Estaba tan feliz de que a mi pecoso le hubiera gustado las sorpresa que llevaba horas preparando, que ignoré por completo que este solo llevaba ropa interior y una camiseta mía que le quedaba grande, sobre todo en el cuello y que dejaba parte de su pecho a la vista. De pronto me dio antojo de algo y no era pastel.
Yamaguchi: Ebzta muy ribco Suki!! (Está muy rico Tsuki!!)- me sacó de mis lujuriosos pensamientos. Planeaba decirle que no hablara con la boca llena pero me dio demasiada ternura como para corregirlo.
Tsuki: Me alegro de que te haya gustado- de repente paró de comer y puso una cara de preocupación única.
Yamguchi: ¡¡Tsuki!! ¡¡dejamos nuestras mochilas en la escuela!! ¿¡qué haremos?! Aún peor ¡¡NO PEDIMOS PERMISO PARA IRNOS TEMPRANO!! ¿¡qué vamos a hacer?!- le acaricié el cabello para tranquilizarlo.
Tsuki: Tranquilo, el estúpido de Hinata me habló para decirme que nuestras mochilas están en su casa sanas y salvas y llamé al colegio temprano y les dije que te acompañé a casa porque te sentías mal. No hay de que preocuparse- me miró con una sonrisa.
