Capítulo 32: "Te extraño"

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Me remuevo incómoda. Fue una pesadilla, oh Santo Dios. Por un momento pensé que Tony, que él... No. Fue un jodido sueño. Toco mis mejillas; están mojadas. Estuve llorando en sueños. Inhalo, con cansacio.

La luz me cega cuando entreabro los ojos de golpe por la sorpresa. El olor a hospital está impregnado en mis fosas nasales, por lo que sé que estoy en él.

Intento levantarme, pero un mareo me lo impide, así que vuelvo a recostarme. Llevo ambas manos a mi frente, presionando con fuerza. Qué dolor tan insoportable.

Busco a tientas el botón que todos los hospitales tienen para llamar a las enfermeras. Presiono una, dos, hasta tres veces cuando una señora de mediana edad se digna a aparecer. Con el cabello teñido rubio y el ligero maquillaje aparenta unos cuarenta años, aunque apuesto todo mi dinero (básicamente diez dolares) a que tiene más. Lleva un sombrero de duende de navidad, por lo que cuestiono la fecha. 

-Veo que has despertado -Dice cuando se acerca a mi. Frunzo el ceño al verla revisar una bolsa de agua colgada en lo que parece un perchero; supongo que suero. Toma mi mano con delicadeza y mira si se me ha salido la maldita guja- Al parecer todo está en orden.

Sonríe.

-¿Qué hora es? -Pregunto. ¿Dónde están mis padres? ¿Dónde está Tony? ¿Qué está pasando?

-Son las... -Levanta la mirada hacia un reloj redondo justo sobre la puerta- Faltan veinte minutos para las seis de la mañana.

-¿Qué? -Me levanto otra vez, ignorando el dolor punsante en mi frente y el mareo- Debo irme a casa, Tony y mis padres deben estar como locos al no verme allí.

Me mira preocupada y vuelva revisar todo.

-¿No recuerdas? -Pregunta, lanzandome una mirada extraña. Tranquila señora, no estoy loca.

-¿Qué se supone que debo recordar? -Digo, mientras quito las sábanas que me arropaban. Oh Dios! Estoy en una maldita bata de hospital -¿Y DÓNDE SE SUPONE QUE ESTÁ MI MALDITA ROPA? -Grito, haciendo sobresaltar a la enfermera.

-Llamaré al médico de turno, sólo esperame aquí -Asiento, mirando la habitación. Ni rastros siquiera de mis jeans. ¿Cómo creen que esta ropa es cómoda si siento aire colarse por el agujero en mi la parte trasera? 

Espero largos minutos en los que tarareo una canción, o dos. 

La puerta se abre de golpe, mostrando a un hombre alto, fornido y con lentes. Me observa, cerrando la puerta tras él.

-Hola Bonnie, soy el médico de turno William Sullivan -Miro mis manos, nerviosa. ¿Qué espera para dejarme salir?

-Hola -Susurro.

-Te haré un chequeo, será rápido, lo prometo. Luego podrás seguir durmiendo -Camina hasta quedar frente a mi. Saca una pequeña linterna de su bolsillo y alumbra mis ojos -Necesito que sigas la dirección de la luz ¿Vale? -Asiento, obedeciendo cuando mueve de izquierda a derecha. Vuelve a guardar la linterna en su bolsillo y me lanza una mirada extrañado. Revisa el suero y la aguja en mi mano, por lo menos dos veces.

-Verá, Doc -Le digo, alzando la vista- Mi familia no sabe que estoy aquí y deben estar preocupados. Necesito mi ropa e irme a casa antes de que me mis padres me den el reto de mi vida. Y le informo que no...

-Bonnie, tus padres ya saben que estás aquí -Me interrumpe- Ellos están en la sala de espe...

Me levanto, en busca de mis padres y Tony. Esa pesadilla me tiene preocupada. Pero claro, si le llego a contar a la tortuga perezoza de Tony de seguro se largará a reír y dirá que estoy jodidamente loca por pensar que él puede llegar a estar en un hospital sin siquiera poder hablar.

Bulletproof Love (Pierce The Veil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora