Capítulo 30: "Tony"

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Informo que en este capítulo soltarán más de una lágrima ¿Vale? Y decirles que de verdad lo siento, Tony no lo merecía:c

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Tenía la mente en blanco, o eso me dedicaba a pensar mientras subía al taxi con Jaime. No podía imaginar lo que ocurriría si Tony, si él...

No. 

Esto era una broma, sí, una de sus estúpidas bromas para que suelte un par de lágrimas. Él estaba bien, lo estaba... tenía que estarlo.

-Debemos bajar del auto, Bonnie -Dice Jaime, con el tono más suave y sin burla que jamás le había oído desde que lo conocí. Asiento, conciente de que es todo una simple farsa. 

-Creo que ya es momento de que paren -Susurro, al entrar al hospital donde una hora antes estuve. Veía gente correr de un lugar a otro; doctores, pensé. Jaime no me quito la mirada de encima en ningún momento, vigilándome por si me escapaba o algo.

La farsa cada vez se volvía más real y mi corazón estaba apunto de estallar para el momento en que entrabamos a Terapía Intensiva. A lo lejos ví a Mike junto a Vic, ambos sentados en la sala de espera. Qué buenos actores parecían en ese instante.

Vic me abrazó cuando llegué hasta ellos. Las manos me temblaban, sin entender. O eso quería pensar. Mi cuerpo estaba preparándose para sufrir otro ataque de pánico. Y todo por una estúpida broma de Tony.

Para cuando vi a mis padres, todo el pánico se había esfumado. Sentía furia ¿La broma debía involucrarlos? ¿Tony podía ser capáz de algo así?

Margarita me estrechó contra su pecho lo más rápido que pudo cuando Vic me soltó. Sollozaba y murmuraba, una y otra vez, cosas que apenas lograba entender.

Hasta que mi padre me tuvo entre sus brazos, pude sentir el pánico que sentía. Lloraba como nunca lo había visto y me abrazaba, o mejor dicho, me aferraba a él como si solo fuera un recuerdo vacío en su mente. Como si fuera la última vez que me verá. 

-Tú, yo pensé que... -Murmuraba- Jurabamos... yo pensaba... Oh, Dios! Si hubieras estado en ese auto, no lo habría soportado, simplemente...

-Basta... -Susurro, safándome del agarre de mi padre. Me quedo atónita, por ver a todos reunidos a mi alrededor. La mirada de ellos se posó en mi, unas con tristeza, otrás con compación.

-¿De qué hablas? -Pregunta Mike, limpiando las lágrimas que se le escapan con bastante brusquedad. Se acerca a mi, desafiante.

-Dije que basta -Digo, lo bastante fuerte para que todos oigan correctamente- Quiero ver a Tony.

Sin decir otra palabra, Jaime -que en ese momento era el que más tranquilo estaba- me tomó del brazo y me llevó hacia una de las habitaciones. El camino por el pasillo parecía oscuro y silencioso. La espera era dolorosa y el tiempo parecía ocurrir en camara lenta. En lo que parecieron horas, nos detuvimos frente a una pulcra y blanca puerta. La 402. Bajo el número había una carpeta colgada. Un archivo médico. Con un nombre escrito: César Antonio Perry Soto. Abro la puerta lentamente, esperando encontrarme con Tony sacando fotos y gritando "Te engañé, te engañé", una y otra vez. Pero la imagen era muy distinta.

Cuando entré, mi corazón se detuvo por completo. No, esto no era cierto. Las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, lenta y silenciosamente.

-No, no... ¡NO! -Grito. 

-Bonnie... -Dice Jaime, intentando calmarme.

-¡PAREN CON ESTA BROMA, YA! -Vuelvo a gritar, mientras las manos comienzan a temblarme otra vez -¡TE DIJE QUE TE DETUVIERAS, TONY! ¡LEVÁNTATE! -Me apoyo en la pared, buscando equilibrio- ¡YA ESTÁ BIEN, CAÍ! ¡DIME QUE HE CAÍDO! Dímelo... -Y lentamente, comienzo a deslizarme por la pared, quedando sentada en el suelo. No, Tony.

-Todo está bien, hija -Dice mi padre, acariciando mi brazo. 

Suelto una carcajada, presa del pánico que sentía en el momento. 

-Esta es la peor broma que Tony me ha hecho ¿Sabes? -Pregunto, al aire- Por un momento me la he creído. 

Me levanto del frío suelo, caminando hasta la cama en la que Tony reposaba. Una mascarilla de oxígeno le tapaba casi todo el rostro, además de  una venda alrededor de la cabeza y muchos cables conectados en todo el cuerpo. Sin contar el infernal 'Pip' que hacía una máquina a su lado.

-Eh, Tony! -Le murmuro- Ya levántate. Sé que estás enojado por lo de anoche, pero porfavor... -Hago una pausa, limpiando las lágrimas que se me han escapado- Sabes que esto de las bromas no va comingo ¡ABRE LOS OJOS, TONY! -Alzo la voz. Enseguida unos fuertes brazos me rodean por la espalda. Vic. Y caigo en cuenta de que todo es real. Tony está en esa cama, sin moverse- No me hagas esto, Tone. ¿No ves que si estoy viva es por ti?  ¿No entiendes que mi razón de vivir eres tú, imbécil? ¿Por qué me haces esto? ¿Es que acaso quieres verme sufrir para entender que gracias a ti estoy bien? ¿Estás enojado, cierto? 

-Ya, Bonnie, vamos a descanzar... -Dice Vic, tomándome de los hombros y tirando suavemente de ellos para que pueda salir.

-¿Es porque me corto, verdad? -Lo interrumpo, safándome de su agarre. Levanto la manga de mi suéter, uno por uno, mostrándole mis brazos llenos de cicatrices de cortes hechos hace semanas- ¡Juro que no lo he hecho más, como prometí! Y mis pesadillas... Ya dejaré de tenerlas, lo prometo. Sólo, sólo... 

-Debes ir a casa a descanzar, hija -Escucho a mi padre. Me safo de su agarre cuando posa una mano en mi hombro. 

-¡NO! -Grito- ¡YO NO ME IRÉ HASTA QUE TONY ME DIGA POR QUÉ ESTÁ ENFADADO CONMIGO!

El silencio me mata, lentamente. No escucho a nadie hablar ni emitir algún sonido, lo que me tranquiliza. Me acerco a Tony otra vez, pero más calmada.

-Tone, vamos a casa... -Tomo su mano- Vamos a ver una película ¿Sí? Juro que esta vez te dejaré ver todas las de Star Wars, lo juro -Suelto una carcajada- ¿Y qué tal a las tortugas? Esta vez te dejaré ser la que quieras, de verdad...

-Necesita un sedante, sí... -Escucho, pero decido ignorar. Nadie me sacará que aquí, no hasta que Tony despierte.

Me recuesto a su lado, con mucho cuidado. Apoyo mi cabeza en su hombro, tratando de no rozar una venda que sobresalía de la ropa del hospital.  Tenía miedo, como nunca antes. Necesitaba saber que Tony estaba bien, que pronto despertaría y me abrazaría diciéndome que no tenía de qué preocuparme. Pero verlo ahí, tan débil, me hacía pensar lo contrario.

-Debe salir de ahí, señorita -Dice una voz suave- El paciente debe descanzar.

Gruño en respuesta. No quiero separarme de Tony en ningún momento. Pero decido ir al sofá, sentándome con la vista fija en él, esperando una señal, algo que me diga que está bien.

Intento levantarme, pero un dolor agudo en mi cuello me lo impide. Abro los ojos lentamente, conciente de que no debo moverme mucho.

-Bonnie... -Dice una voz que conozco muy bien.


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Este capítulo es jodidamente triste:c En multimedia lo que hizo Bonnie al ver a Tony. Creo que describe dolor, saben? Me dió pena verlo y escribir. Lloré mucho:c

Espero les guste y no me odien mucho!

Y hablo enserio, no me odien. Hace unos minutos estuve en una balacera (Unos malditos ladrones querían robar un auto), so... tuve que agacharme y bla bla bla. Acabo de llegar u-u Casi quedan sin saber que sigue de esta extraña historia:o

Lxs quiero<3

Bulletproof Love (Pierce The Veil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora