Capítulo 29: "End of me"

820 49 18
                                    

-¿Qué haces aquí? -Pregunto, algo nerviosa- ¿No deberías estar en la escuela?

-No respondiste mi mensaje anoche, así que pensé que sería bueno acompañarte en la cita con la señora Johnson -Responde, mirando de reojo a Andy- Pero veo que estás acompañada, entonces... me voy.

Comienza a caminar, con las manos en los bolsillos y la cabeza hacia abajo. 

¿Qué he hecho? Estúpida, estúpida.

-Llegas tarde Bonnie, vamos -Andy me toma suavemente del brazo, arrastrándome dentro de la consulta. Cuando hago el ademán de sentarme, una mujer me llama, con cara de pocos amigos.

-La señora Johnson lleva cinco minutos esperando por ti -Me regaña.

"Te espero aquí" pronuncia Andy, cuando la secretaria de la psicóloga me acompaña hacia la oficina correcta.

-Seis minutos tarde, Bonnie -Me reprocha, dandome una mirada de regaño bajo esos estúpidos lentes cuadrados de los años ochenta.

-Sí, sí -Muevo la mano, diciendole que continúe.

-Bueno, como cada semana, debes decir que has hecho -Dice, sacando su pequeña libreta y un lápiz, donde cada sesión anota mi vida completa.

Le cuento resumidamente todo lo que hecho, omitiendo detalles que claramente le importan una mierda. 

-¿Te has vuelto a cortar? -Pregunta, mirando mis brazos ocultos bajo mi suéter.

-No... -Respondo, distraída. Siempre que venía a esta consulta tenía las jodidas ganas de cantarle "Let yourself go" de Green Day. Pero sólo lograba tararearla y cantarla en mi mente.

-¿Y cómo se llama el chico? -Interroga, mirándome. Sé que busca indicios de mentira en todos mis gestos. Eso es lo que me molesta. Me analiza.

-No hay ningún chico -Espeto.

-¿Y ese amigo de tu hermano del que tanto hablas...? ¿Cómo se llamaba? -Cierra los ojos por unos segundos, pensando -Victor Fuentes.

-Yo, uh, yo no sé de que habla -Miro la pantalla de mi móvil. Faltan treinta minutos de sesión aún.

-Estás nerviosa ¿Es él quien tanto te pone mal? ¿Por eso estás tan apurada? Quieres ir a arreglar las cosas con él ¿No? -Abro los ojos, sorprendida. Es una bruja ¡Llamen a Hansel y Gretel!

-N-no -Tartamudeo- Es sólo un estúpido amigo de mi hermano... -Tomo un sorbo del agua que cada sesión deja sobre el escritorio que nos separa.

-Tony no me ha dicho lo mismo -Sonríe, dejando ver una dentadura que fácilmente vale un par de miles de dolares- ¿Ya han tenido sexo?

Comienzo a toser, producto del agua en mi boca y la impresión. Abro los ojos más de lo normal. Nuestra conversación nunca había llegado más allá de cómo me sentía con mi nueva familia y amigos.

-Yo no... Yo no me he acostado con él, si es lo que piensa -Respondo, mirando la tela de mis jeans, que en este momento parecen tan interesantes.

-¿Y antes has tenido? -Pregunta, mirándome atenta- Sexo, claro.

Mis mejillas no pueden estar más sonrojadas. 

-No.

-¿Y por qué? Eres muy guapa y por lo que me han contado, ese chico está muy interesado en ti -Dice, juntando sus manos sobre el escritorio- ¿No confías en él o...?

-No estoy lista -La interrumpo- Y creo que nadie está interesado en mi de esa manera. No soy guapa y mi cuerpo está echo un asco ¿Es que acaso no le he mostrado ya suficiente todas mis cicatrices? -Alzo la voz- Nadie me quiere, sólo quieren herirme.

Tapo mi boca, conciente de que le he dicho más de la cuenta.

-Ya veo... Creo que alargaremos la sesión otros veinte minutos -Dice, mirando su reloj de mano- Pero me gustaría que hicieras pasar a Andrew Biersack.

-¿Lo conoce? -Pregunto, anonadada.

-Mi deber como psicóloga es conocer todo y a todos los que te rodean, Bonnie -Se levanta, tomando el vaso que había ocupado y llenándolo de más agua -Ahora, hazlo pasar.

Camino hacia Andy, que juega a matar zombies en su móvil, sentado en la sala de espera. Me acerco sigilosa. 

-¡Andy! -Grito. Se sobresalta, guardando su móvil rápidamente en el bolsillo.

-Casi me matas de un susto, Bonnie -Dice, tocando su pecho- ¿Nos vamos?

Niego con la cabeza.

-¿Entonces? -Ladea la cabeza, recordándome a un gatito.

-La señora Johnson... digo, la psicóloga quiere agregar veinte minutos de sesión y que... que estés conmigo.

Andy suelta una carcajada.

-¿Es verdad? Oh bueno, si así lo quiere... vamos -Volvemos a caminar, aunque un poco más lento. Cuando llegamos, la señora Johnson se levanta, cordialmente como siempre.

-Así que este es Andrew -Se acerca y lo besa en la mejilla- Pasa, pasa muchacho. Me han hablado mucho de ti.

Andy me mira, alzando una ceja interrogativamente. Me encojo de hombros, dándole a entender que no tengo nada que ver.

-¿Para qué soy bueno? -Pregunta Biersack, sentándose en la silla a mi lado.

-Bonnie me ha confesado que piensa que nadie la quiere... -Bajo la cabeza, avergonzada- Porque dice que su cuerpo es un asco.

¿Es que acaso no hay secretos? 

-Esto se debe a un cuadro de desconfianza y odio a sí misma, producido por el bajo autoestima que ella incrementa con cada comentario en su contra... ¿Era así siempre, hace años? -Suelto un gruñido. Andy, no te atrevas a confesar, no,  por favor...

-Es por tu bien -Susurra- La verdad es que Bonnie, ella... Tendía a cortarse.

La psicóloga asiente.

-Y ella, bueno, también consumía drogas y bebía... Todo luego de cortarse o mirarse al espejo.

Suelto una lágrima. Esto a sido la gota que arrebalsó el vaso. Me levanto, sin decir una palabra a ninguno. Necesito salir de aquí, ahora.

Comienzo a caminar en dirección a la salida. Escucho a Andy gritarme a lo lejos, pero lo ignoro. No tenía derecho a decir eso. Se lo había contado porque confiaba en él, en su manera de guardar los secretos para siempre.

No, no, no. Sabía que Andy sólo vendría a hacerme daño, a acabar con todo lo que había logrado.

Era mi perdición. Ahora si todo se iría a la mierda. Mi padre no sabe sobre mis problemas de drogas, nunca lo supo. Sólo lo había revelado a Jack en una fiesta, pero nunca fue para que todos lo supieran. 

Maldito Andy, lo odio. Maldita sea! Malditos todos! ¿Cómo voy a arreglar todo ahora? No, no, no. Estaba perdida, y enojada. Furiosa por tener los deseos de volver a pasar la cuchilla por mi piel. Necesitaba distraerme, pero no debaja de llorar. 

Camino hasta una banca, lo bastante alejada del hospital. Me siento en ella y rompo a llorar como si estuviera siento baleada. En definitiva lo estaba. Pensaba que mi cuerpo podría sobrellevar la carga de mi pasado, pero no, nunca estuve lista. Sorbo mis mocos, limpíandolos con mi sueter. Me siento correctamente, mirando a la gente pasar por alrededor de media hora. Hasta que escucho a alguien gritar mi nombre, o eso creía. Prefería ignorar, no quería regaños ahora.

-Te he estado buscando por todos lados -Dice Jaime, jadeando- Tony ha tenido un accidente, debes venir al hospital ahora. 

Oh, no.

------------------------

Sólo, no me odien (/-\)

Bulletproof Love (Pierce The Veil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora