Después del incidente con Vic, Kellin y yo preferimos ir a nuestra siguiente clase. Historia.
Decidimos ir de la mano todo el camino y quizá sentarnos juntos, para aparentar mejor.
-Creo que a todas les ha sorprendido que el hermoso y sexy Kellin esté en una relación. -Lo golpeo en el brazo.
-Eres muy egocéntrico, Kellin. Deberé demostrarte lo equivocado que estás -Suelto un carcajada al ver cómo se frota el brazo, exagerando.
-Golpeas fuerte, nena. -Guiña un ojo, haciendome sonreír.
-¿Nena? -Pregunto alzando una ceja, interrogativamente.
-Eres mi novia, nena -Resalta la última palabra y continúa- Y ese es mi apodo para tí...
-Oh! -Espeto mientras pienso en uno para él. Uno realmente vergonzoso. Hm... ya sé -Mi terroncito de azúcar, ven acá -Digo estirando los brazos, para ir a abrazarlo.
-¡No seas así, Bonnie. Mi apodo no te dejará en vergüenza delante de todos! -Grita mientras huye de mi.
-¿No me dejará en vergüenza? -Paro de correr y pongo las mas en mis caderas. Kellin para y se da la vuelta para mirarme, pero a una distancia apartada de mi.
-Nena, mi apodo es decente. -Dice mientras acomoda su cabello desordenado por correr.
-Decente una mierda -Lo fulmino con la mirada. -Parece el tipo de apodo que le dices a las chicas cuando estás a punto de llevarlas a la cama, Kellin. Sé más original... -Me doy media vuelta y camino a la sala de clases, que está algo lejos. Corrimos bastante, parece.
-Hey, Bonnie! -Grita Kellin detrás mío. Siento como corre pero lo ignoro. Río inconcientemente al recordar a Vic.
-¿Por qué me ignoras? -Dice detrás de mi. -No me ignores... ¿Bonnie? Está bien, si no me quieres hablar, tendré que hacer que lo hagas...
-¿De qué...? -No termino de preguntar cuando siento sus manos en mi vientre, haciendome cosquillas. -N-no, por-por favor... N-no respi-piro -Kellin suelta su agarre y yo aprovecho el momento para correr. Me sige y yo no paro de reír. Doy la vuelta para ver dónde viene, encontrandome con la sorpresa de que no está.
-¿Pero qué demonios...? -Digo extrañada.
-¡Buh! -Susurra alguien detrás mío. Grito asustada mientras volteo para ver de quién se trata y me doy cuenta de Kellin. -Te atrapé.
Vuelve a hacerme cosquillas. De un momento a otro tropezamos y él cae encima mío. Sonrío y después me pierdo en sus ojos. Aquellos ojos color cielo. ¿Cómo era posible que alguien tuviera unos ojos de semejante color? Mi corazón se para de golpe al ver como Kellin se acerca a mi, borrando los pocos centímetros que nos separan. Cierra los ojos y por intinto hago lo mismo. A los pocos segundos, que parecen eternos, vuelvo a sentir los labios de Kellin junto a los míos. Esta vez se siente diferente, muy diferente ¿Por qué? Ni puta idea...
Acaricia mis labios con su lengua, pidiéndome permiso para entrar. Sin darme cuenta, separo un poco mis labios dándole toda la libertad de explorar mi boca. Nuestras lenguas entran en batalla chocando entre ellas; estamos así unos minutos hasta que nos separamos por falta de aire.
Me siento cuando Kellin ya se ha salido de encima mío, sentandose a mi lado.
-Tenía la puta necesidad de hacerlo desde que nos besamos frente a Dania...
-¿No que se llamaba Danitza? -Pregunto riendo. Con Kellin, al parecer, nada es incómodo, por suerte.
-Como sea... Lamento besarte. -Dice mientras rasca su nuca, nervioso.
