Capítulo 1

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Mailén

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Mailén

🖤

I'm dying to live again
And start all over
I'm dying to live again
I'm doing my best

The Neighbourhood, Death Stranding: Timefall

🖤

Cada mañana estoy más cerca de mi gran día.

Ese pensamiento se instala en mi cerebro mientras abro las cortinas de mi nueva habitación. Los rayos del sol se cuelan por la ventana, son cálidos, casi puedo olfatear la luz solar que cae sobre mi rostro. Cierro los ojos, inhalo y ese aroma se filtra hasta mi paladar donde lo saboreo.

Hoy será un día maravilloso, lo sé.

Sonrió, abro los ojos y aprecio el precioso jardín bordeado por rosales.

La casa ya ha despertado. El pitido de la cafetera llega hasta mi habitación. Mis tíos ya deben estar despiertos, son madrugadores. Mi tía va al gimnasio muy temprano y me ha invitado a acompañarla, pero no sé cómo me adecuaré a mi nuevo trabajo.

Este día necesita un baño especial. Utilizo mi champú favorito, mi jabón de rosas y el agua tibia. No demoro tanto como me gustaría, pues la ducha para mí es un ritual. La ansiedad me hace salir rápido, secarme e ir por mi nuevo atuendo para el empleo.

Mi tío me ha regalado un guardarropa completo. El fin de semana, cuando llegué a la ciudad, salimos de compras y no escatimó en gastos. Él siempre se preocupa por mí y por cualquier persona que necesite ayuda.

Yo estoy bien, siempre lo he estado. Sé cuidar de mí, desde adolescente aprendí a levantarme de las caídas y a enfrentar los problemas. No necesito del ala protectora de nadie.

La sonrisa me falla un poco cuando me contemplo frente al espejo. Tomo aire, cierro los ojos y me mantengo así por unos segundos; entonces exhalo y la sonrisa está ahí otra vez. No puedo permitir que nada ni nadie me arrebate la alegría.

Mi tía me tiñó el cabello de mi rubio acostumbrado. Mi tono natural es castaño oscuro, pero me encanta este color dorado que hace resaltar el tono verde de mis ojos. Me recojo el cabello en una cola alta, así como detesta mi madre que lo use; me encanta.

No soy una gran admiradora del maquillaje, pero mi tía me ha dado algunos cursillos básicos y me regaló sombras, labiales, y no sé qué tanto más. No he revisado todo, sólo aquello que usaré. No quiero llegar muy maquillada, me gusta que se note la diferencia cuando estoy en el trabajo o salgo a una fiesta. En mi nuevo empleo asistiré a eventos importantes, eso lo sé.

La idea amplía mi sonrisa.

Definitivamente este será uno de los mejores días de mi vida.

—¿Mailén? —llama mi tía con un golpe suave en la puerta—. Ya está el desayuno, cariño.

1. Una Melodía Inefable para los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora