Nicolás es un músico arrogante que está acostumbrado a tener todo lo que desea sin esforzarse. Sabe que su cuerpo, cubierto de tatuajes, es deseado por miles de mujeres (y muchos hombres), más cuando se enteran del piercing que tiene por ahí abajo...
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Nicolás
🖤
Mailén es el único ángel en la fiesta, no sólo por su disfraz, sino que la rodea un aura que ilumina el lugar por donde va. No puedo parar de mirarla mientras se dirige al pasillo, sólo va al baño y aun así la extraño porque quizá soy tan malo con las distancias como Eric.
—Te jodió bastante el amor —ríe Milo.
Su comentario me hace mirarlo. Su piel bronceada es muy diferente a la blanquecina del actor que interpreta a Loki en las películas de Marvel, pero luce bien. Mailén se ha quedado boquiabierta cuando lo vio, menos mal que no entendió la indirecta del trío.
—Algo así —minimizo.
Levanto mi cerveza, ambos chocan las suyas con la mía y bebemos un trago.
Gustavo está arriba del escenario dominando a la multitud con sus beats misteriosos. Ha tocado algunas canciones que no conozco, unas que van bien con el Halloween y que para nada son comerciales; supongo que por eso no están en el álbum.
—¿Y Mai te contó del vestido de Gigi? —inquiere Henrik.
Milo se sorprende con la pregunta, aunque no entiendo por qué. Sólo pregunté una vez por compromiso, no me interesa mucho todo el tema de la boda. Si la hace feliz casarse por culpabilidad, pues ¿qué puedo hacer?
—No, dijo que eran cosas de chicas y la verdad no importa, pregunté por compromiso.
—Eso es cruel con Gigi. —Se apresura a decir Henrik.
—Gigi lo dejó tuerto y se está casando con él por culpa, eso es cruel —me defiendo.
Henrik frunce el entrecejo, deja la botella de la barra y parece a punto de invocar su Mjölnir.
—¿Por qué hablas así de ella?, ¿no se supone que la amabas?
—No la amaba —contradigo—. Estaba confundido, eso era todo...
—¿Y lo dices sólo así?
—¿Importa? —Bebo otro trago de mi cerveza.
Milo tira despacio de la capa roja de la imitación de Thor.
—Claro que importa, es Gigi.
—Henrik... Ella y yo terminamos hace un rato.
El rubio se frota la barba y suspira, parece tener un duro debate interno.
—Nicolás...
—Creo que mejor hablamos de esto en otro momento —interrumpe Milo a su novio—, se supone que están celebrando.
Oh, sí, celebraré cuando Mailén regrese y bailemos por otra hora. Ella se ha sentido bien, quiero aprovechar eso. La he hecho prometer que si se siente cansada nos iremos de inmediato al departamento.
