Nicolás es un músico arrogante que está acostumbrado a tener todo lo que desea sin esforzarse. Sabe que su cuerpo, cubierto de tatuajes, es deseado por miles de mujeres (y muchos hombres), más cuando se enteran del piercing que tiene por ahí abajo...
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Nicolás
🖤
No suelo estar en las pruebas de sonido, me aburren. Soy el único que las salta y los demás ya se cansaron de insistirme en acudir. Por lo que hoy se han sorprendido al verme aquí cuando podría estar durmiendo en el hotel o con alguna de las chicas que conocí en la entrevista.
El recinto es para veinte mil personas. No nos presentaremos solos, sino que estarán algunas bandas antes y nosotros cerraremos. En el póster se anunció como un invitado sorpresa, pero se trataba de The Witcher. Parece que tuvieron problemas con los organizadores y Mike logró que nos metieran a última hora en su lugar.
MalaVentura y Gray, juntos, pueden contrarrestar la fama de The Witcher, por separado no estoy tan seguro, pero quizá cuando tengamos sus años de trayectoria podremos decir lo mismo. Ya se ha anunciado el cambio y todos parecen felices, no se han quejado demasiado; compartimos admiradores.
Mike es un adicto al trabajo, no entiendo cómo lo soporta Nidia. No teníamos ni diez minutos en la capital y ya nos estaba gritando para ir a la entrevista de la cual ni sabíamos; todo de último minuto con sus contactos. Fue en una radiodifusora, menos mal, así no vieron mi cara de desvelado. Sólo estaban algunas admiradoras afuera.
Eric, como siempre, recolectó decenas de números telefónicos, ¿en verdad piensan que las llamará? El hombre está enamorado de su familia, es lo único que ama más que la música, nunca miraría a otra mujer que no fuera Aura.
Sin embargo, le gusta molestarme al decir que junta más números que yo, esta vez le gané y herí su orgullo. Inventó que no pudo recoger todos. Dimas soltó un comentario, con toda la intención de joderlo, que surtió efecto porque Eric no le ha hablado desde entonces.
—Parece que lo joven supera lo viejo —silbó al pasar a su lado camino a la cabina.
No pude evitar reír, lo siento, pero la cara de Eric fue digna de un retrato.
Tal vez continúan dejándole su número porque conmigo ha funcionado. En más de una ocasión me ha cautivado la belleza de alguna chica, me fijo de cuál es su número y le llamo. Seguridad la lleva al hotel y lo demás es historia.
Hoy vi chicas guapas, pero ninguna era Mailén. Ni una tenía sus ojos verdes o irradiaba alegría; también supe que esas chicas no me encerrarían en el baño en contra de mi voluntad. El recuerdo me hace sonreír.
Extraño a Mailén.
—Pareces un perrito apaleado —comenta Gigi al sentarse a mi lado en la orilla del escenario.
—Estoy aburrido.
—Me imagino —dice con un tonito irónico—. Pensé que vendría Mailén.
—Pues no.
Y sólo me contestó un mensaje para llamarme «pendejo».
