IV. El cine

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Dylan

Dios...

Es particularmente hermosa, tiene un toque llamativo que me gusta, desde que la vi me quedé con duda. No es habitual que me rechacen y dígame masoquista, pero me gustó, no es de las típicas chicas que me buscan a cada segundo por el dinero o para follar. Se la mencioné a Daniel y me entendió al verla. Hasta yo me sorprendí, pero era más grande la dicha de verla y conocerla, que la confusión del momento.

Me enojé con Dios cuando se fue y me dejó como si yo en general fuera igual que cualquier persona. Pero supongo que tiene un plan porque en fin ahora la voy a ver diario.

Me parece todavía irreal verla aquí, me había preparado para no verla y quedarme con el recuerdo de la castaña que me rechazo, pero eso va a cambiar. Me gustó y no sé si eso es bueno o malo. Pero lo único que se, es que me interesó, tiene carácter, es algo que me llamo la atención, es jodidamente atractiva, joder, su cuerpo es un deleite, su figura es envidiable para cualquier mujer. Sus ojos son intensos... Por dónde sea que se vean, es hermosa y jodidamente atractiva.

Cuando me rechazó, no se hubiera imaginado que me volvería a ver, me entraron unas ganas de reír por la ironía. La primera chica que yo busco resulta que me ignora en otras palabras y después la encuentro en el piso de mi prima para verla todos los días.

Es muy irónica la situación.

Si antes visitaba a menudo a Becka ahora creo que voy a vivir allí, tengo que aprovechar su estadía. Porque para como es, capaz y después no me deja siquiera verla.

Su carácter es particular. Sin contar la astucia que se trae o la manera analítica en la que me observa. Me gusta sentir su atención.

Me fascinó y lo mejor de todo es que en este preciso momento está sentada en el asiento trasero de mi carro. Y no tiene ni idea de lo mucho que me interesa. O capaz si, creo que ya e sido lo suficientemente obvio. Hay algo en su mirada que la vuelve llamativa o por lo menos para mí lo es. Sus ojos me atraen de una cierta forma que no logro comprender a ciencia exacta. Se ve precavida, como si esperará algo malo y no tengo ni idea si es así normalmente o es solo por mi presencia. Las miradas que me lanza son frías, esquivas, incluso asesinas y me causa gracia que esté tan pendiente de todo lo que hago o digo.

Por mi parte estoy consiente que me gusta y por lo mismo, no voy a hacer nada que le pueda causar algún mal momento, pero ella por otro lado parece esperar que de repente le diga algo que la ofenda.

Se que no me conoce y en parte está bien que desconfíe, pero joder, parece que desconfía hasta de mis sonrisas. Es muy cuidadosa y por sus actitudes puedo decir que por algo a de ser su manera de verme, me imagino que a pasado malos momentos con los hombres, lo cual me parece completamente absurdo porque es la chicas mas hermosa que haya conocido, su mirada es predominante. Me parece competente estúpido que alguien le pueda hacer algo con intención, pero que puedo decir yo. A mí me lo han hecho y se supone que el hombre siempre es el mierda que causa los dolores.

Disipo el recuerdo y me concentro en su atuendo. Se ve bien, la lycra le hace resaltar los atributos de sus piernas, no son exageradas, es de muslos gruesos, no es muy alta. En comparación a mi no. Debe medir uno sesenta y pico. A diferencia mía y mis uno punto ochenta y cinco. Sus caderas no son muy grandes, pero sus piernas lo compensan, sus senos son casi perfectos, no son muy grandes, pero tampoco son pequeños. Tienen el porcentaje adecuado para verse bien y no vulgar con un escote.

Me pregunto si sabrá lo hermosa y atractiva que es por qué no parece tener ni mínima idea de eso.

Me sorprende escuchar su voz día pero con un tono sueve y seductor que veo le sale natural.

Serendipia #1 [Completa✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora