Extra/Maratón 2/3

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Sophia

Me tiro en el mueble pasándole el bol de cotufas a mi tía. Lo toma dándole Play a la película. Me remuevo en mi esquina del mueble. Jugueteo con la orilla de mi suéter y veo el inicio de la película que comienza con el típico logo de Universal. Tocan la puerta y frunzo el ceño. Veo a mi tía que se encuentra igual de sorprendida.

–¿Ya llegó la pizza? ¿Tan rápido?

Me encojo de hombros.

–Hay que darles propina de más.

Asiente. Me levanto con pesadez y flojera. Me froto los ojos llegando a la puerta. La abro con pesadez y me quedo quieta unos segundos viendo y procesando al pelinegro que me sonríe. Me permito analizarlo de pies a cabeza.

Botas blancas, pantalón negro levemente ceñido a sus piernas trabajadas. Una simple franela blanca que combina a la perfección con la chaqueta deportiva blanco y negro son lo que lo rodeo. Muerdo mi labio sin siquiera evitarlo. Se ve tan jodidamente atractivo. El cabello lo tiene húmedos dejando cabellos rebeldes y oscuros sin un orden. Mi vista queda unos segundos en sus labios siento uno de mis mayores debilidades. Efectivamente voy a querer esos labios sobre mí siempre que pueda. Al final mi mirada queda en la sus ojos sin embargo los suyos no están en los míos. Veo satisfecha como sus ojos analizan el contorno de mis piernas. Sube por mis caderas y se queda unos segundos viendo mi suéter como si recordara cada parte de mi piel bajo de la prenda. Sigue su recorrido por mis pechos. Mira mis labios unos segundos dónde los humedesco llamando su completa y total atención. Sonrío con malicia recordando como tiene esa manera de poseerme con solo un beso. Por fin su vista queda en mí. Sonríe con un apice coqueto antes de tomar mi cintura y acercarme a su cuerpo. Busca mis labios, pero la acción es detenida cuando mi tía se aclara la garganta llamando la atención de los dos. Me río al ver sus rostro completamente malhumorado por prohibirle algo.

–No me dijiste que venías –Comento.

Deja un beso en mi mejilla.

–Sorpresa.

–Como que te está empezando a gustar esto de aparecer de repente.

Se queda pensado unos segundos sin dejar a un lado la creciente sonrisa.

–Digamos que tu carita al verme es un deleite. Si sabes que vengo pierde el encanto.

Niego sonriente.

–Estoy con mi tía –Comento por si pensaba hacer otra cosa.

Aunque ganas no me faltan. Han pasado dos días dónde he sobrevivido del recuerdo, tocarme y los mensajes y fotos pasadas de tono que nos hemos enviado. 

–Lo sé –Asiente –Por eso vine.

Frunzo el ceño y quedó peor cuando se adentra en la sala. Cierra la puerta y con lo misma rapidez me suelta dejándome con suavidad en el suelo. Procede a caminar al frente de mi tía quien lo ve curioso.

–Hola cuñis –Sonríe –Vine a pedirte permiso para sacar a Sophia a pasear –mi tía abre la boca, pero el pelinegro se le adelanta –Seria a un parque de atracciones. Ya compré las dos entradas –Saca del bolsillo los dos tickets –Tengo un chófer. Él nos llevaría y traería. La hora de regreso la decides tú.

Subo una ceja sorprendida.

Mira lo tickets unos segundos antes de fijar la vista en los azules de Chris.

–La quiero aquí a las once en punto –Lo señala con el dedo índice –No más de esa hora ¿Entendido?

Christian asiente posiblemente sorprendido porque nos dió tiempo de sobra. A penas son las seis y media. Mi tía puede ser muy permisiva si la persona le causa confianza y esta creo que es la mayor muestra de confianza al pelinegro que parece salir de su estupor y camina a mí con una sonrisa. Me rodea de la cintura.

Serendipia #1 [Completa✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora