Christian
Tamborileo mis dedos en mi muslo viendo el camino de la ciudad pasar mientras Pedro me lleva al aeropuerto. Procuro no centrarme verdaderamente en su partida porque no quiero dejar que me afecte. Veo de reojo la caja blanca con un pequeño lazo negro. Suspiro y vuelvo mi vista al camino. Duro unos largos minutos viendo a la nada desencajando mi visión envuelto en pensamientos.
–Llegamos –Avisa Pedro después de un largo rato.
Sacudo la cabeza y parpadeo un par de veces antes de abrir la puerta. Tomo la caja y salgo de la camioneta antes de ver al hombre que he visto en toda mi infancia.
–Te aviso más tarde si te vas o me esperas.
Asiente.
–Okey. Joven.
Saco una sonrisa a media yendo a la puerta principal que da inicio a la infinidad de personas yendo de un lugar a otro con maletas y niños. Algunas corren. Otros camina con tranquilidad y unos montan un paso apresurado. Veo el mensaje que Dylan me envió mostrándome la ubicación de todos y camino al lugar.
Ruedo los ojos al ver las miradas para nada discretas de las personas quienes posan su visión en la caja blanca con huequitos. Camino sin mirar a nadie ignorando mi entorno como siempre. No es habitual verme aquí y de seguro ya vieron a mis hermanos y primos. Esto es como un acontecimiento para ellos. Siempre es así. Lo que para nosostros es nuestra vida, para las demás personas es un show el cual admirar o criticar teniendo en tela de juicio todo.
A lo lejos veo al grupo de personas que estoy buscando. Sonrío lo mejor que puedo al toparme con esos lindos e inocentes ojos negros que adornan su bello rostro. Su pequeña nariz se frunce con una mueca triste que no disimula. Sus ojitos curiosos buscan la caja y ladea su cabecita dejándome admirar la ternura de esta chica. Es simplemente perfecta. Sus ojos intenso, pero suaves a la vez. Su rostro. Sus labios. Su pequeño cuerpo resaltando toda su figura. Le doy un último recorrido por sus piernas gruesas acompañadas de sus anchas, pero no exageradas caderas. Su cintura. Sus pechos perfectamente proporcionado. Sus manos delicadas...
Simplemente es la demostración de la perfección andante. Es perfecta como persona y como mujer. Tiene los sentimientos más puros que he conocido. Su lindo corazón no me hace merecerla. Pero ¿Quién si es digno de merecer a semejante mujer?... Nadie. Simplemente puedo hacer mi mayor esfuerzo para estar con la reina que un simple día se poso en mi camino desestabilizando mi mundo en cuestión de segundos.
Me detengo al llegar frente a ellos. Mis hermanos me dejan un pequeño espacio para que me una al pequeño círculo íntimo.
–Hola, pequeña –Sonrío.
Una triste sonrisa se posa en sus labios.
–Hola Chris.
Me dan unas ganas de abrazarla y llenarle la carita de besos. Quitar ese carita triste de su rostro y hacer que sonría. Sin embargo no es momento y mucho menos el lugar.
–¿Que es eso? –Indaga curiosa viendo la caja.
–Un regalo.
La curiosidad adorna sus ojos dejándome ver a esa chica curiosa que me gusta.
–¿Para mí? –Se le ilumina los ojos y asiento –¿Puedo verlo?
Niego apagando su sonrisita.
–Más tarde.
–Okey –Hace un puchero arrancándome un sonrisa.
–Ya nos tenemos que despedir –Comenta Nayely –No debe faltar mucho en partir el avión y debes subir.
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Serendipia #1 [Completa✓]
Teen FictionLo que uno deja ver no siempre es correcto, solo dejamos ver la parte que queremos que piensen de nosotros y parecemos tal cosa para poder lograr un objetivo como no ser lastimado. Nos encerramos en nuestro caparazón simplemente para no permitirle a...