Dylan
Me gusta tenerla cerca, poder tenerla entre mis brazos. Para mi es la gloria. El saber que puedo estar libremente con ella sin ocultarme de nadie y gritar a los cuatro vientos que es mi mujer. Que es mi pareja, que es simplemente mía. Mi novia.
Le dejo un beso en el cuello encantado de que siga a mi lado. Hace minutos pase el peor momento de mi vida al pensar que lo había arruinado. Qué había ido muy lejos. El tenerla tan cerca. Esa chica es adictiva. Quiero tenerla, tocarla, besarla y escuchar sus gemidos a cada segundo. Me controlé lo más que puede anoche por el hecho de que debía estar adolorida y sin embargo mi autocontrol no fue suficiente, pero tenerla encima mí fue como un recordatorio directo de todo lo que pasó anoche y me entraron las ganas de tocar su coño empapado. Es tan estrecha. Es un vicio. Su apretado coño es un vicio. Para mí suerte es mío. Mi droga personal. Es imposible no desearla con más intensidad. Ya que la probé quiero más. Siempre deseo más.
Me estresa que se cohiba de mi por cosas que le dicen. Entiendo que Vanessa sea reservada e incluso muy conservadora, pero no me parece que por sus propios ideales haga sentir mal a Marihela por algo que solo se dió. Por algo que simplemente dejamos fluir. Obviamente no era una prioridad molestarla, pero tampoco es para que haga tanto drama. No voy a decir nada sobre el tema por la única razón que no quiero que mi pervertida tenga problemas con su compañera.
Además de eso ella también a echo cosas y eso lo sé gracias a los juegos. Por lo que no me parece que reprima a mi mujer cuando ella no se reprime para experimentar.
–¡Joder!... Mare no puedo empezar hacer ejercicio el lunes.
–¿Por? –Indaga una desconfiada castaña.
–El lunes viajo a Venezuela.
Marihela se queda en completo silencio analizando sus palabras. Por otra parte veo a mi hermano que parece estar en el mismo estado. Este se encuentra en shock como mi mujer.
¿Se devuelve a Venezuela momentánea o permanentemente?
–¡¿Que?! –La castaña suelta in grito al reaccionar. Se levanta de golpe y se va en frente de su amiga.
–¿Por que te vas? –Se atreve a preguntar mi hermano con una nota de tristeza en su voz.
Suspiro al notar esa mirada genuina que tenía años sin ver. Definitivamente está enamorado de la morena, el punto que es no tengo ni idea si sus sentimientos son correspondidos. Se que la a estado pretendiendo por lo que me sorprende que no sean nada. La morena tampoco se ve completamente desinteresada por lo que no se si es que disimula de maravilla o simplemente le atrae y ya. Admito que si pensé que se interesaría en ella. Es su tipo en todo sentido. Morena, con carácter, hermosa y por combo extra. Latina. Otra cosa que es llamativa. Es que el acento de ellas es muy hermoso para ser sinceros. Llevan tres meses aquí y parece que para ellas, no tienen acento. Pero si tienen y es atractivo. Por lo que suma puntos a su encanto por la morena.
–Primero tranquila... –Le responde a su amiga –Me voy por una semana solamente. Tengo tres años que no voy y son tres años que no veo a mi familia. Los extraño y quiero visitarlos... visitar mi país.
Salvador parece relajarse al escuchar que es ida y vuelta. La respuesta no fue directamente para él, sin embargo note a la morena verlo como tres veces en su respuesta.
–Te entendemos... ¿Te vas el lunes? –Indaga Valentina.
–Si y tomo el avión de regreso el domingo.
A Marihela le suena el teléfono llamado su atención. Mira la pantalla antes de levantarse y saludar yendo a la cocina.
<<¿Sera el tal Marcos?>> No creo. Se viera más sorprendida ¿O no? <<Bueno, tal vez no. Ya sabía que se comunicaría con ella>>
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Serendipia #1 [Completa✓]
Teen FictionLo que uno deja ver no siempre es correcto, solo dejamos ver la parte que queremos que piensen de nosotros y parecemos tal cosa para poder lograr un objetivo como no ser lastimado. Nos encerramos en nuestro caparazón simplemente para no permitirle a...