Plan desarmado

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Acariciado por el frío, alzando la brujula hacia lo alto, amanece el sol con una flor entre su fuego, abandonando su majestusa figura adorada como deidad, para dar homenaje a la silueta indescifrable que se escondía al bajar los cielos.

La historia ha confirmado mi existencia, dentro de la tinta se observa una silueta que se esconde al costado izquierdo de mi ser confundido, observando fijamente la explosión de la lluvia en el suelo, recapitulo la silueta desconocida que llega a mí insistentemente en diferentes tiempos, pero con la misma intención.
¡Sí! Desarmarme.

Había creado un plan excepcional, descansar en una superficie plana donde dormiría abrazando mi soledad, evitando el llanto que interrumpiera mi concentración, eludir el ruego que hiciera difícil mi adiós, esconderme de los rostros deformados por la tristeza que crearán la culpa de mi egoísmo que no me pertenece, ausentandome de las historias contadas de mi pasado que les dejo, escapandome del rezo que me dedican para el perdón y resurrección de mi alma, huyendo de los sollozos trivales de mis fariseos conocidos.

Justo cuando mi plan era digno de un ser diferente, cuando mis semejantes temían a la soledad y a la muerte, donde sentirían envidia al leer que un hombre mortal que aseguraba arriba del alcor su eternidad, había planeado eficientemente su despedida.

Pero aquella silueta indescifrable que confundí erróneamente con las moiras, resultó ser de una dimensión diferente, Dios o algunos de los dioses, celosos de mi plan habían enviado aquélla mujer. Me había preparado psicologicamente lo que llevo de vida, y la presencia de esa mujer había arruinado mis planes.

Para Morir Existen MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora