Niña

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Niña, de negro lucias aquella oscura noche que reflejaban mis ojos muertos, perecedero tiempo te trajo a mi conciencia comprendida por el olvido y el retorno.
¿Aceptas que te piense por unos segundos?

Niña, de gris vestías tal noche que tu piel toque. En las alturas el celeste celestial y en la tierra el negro inmenso con chispas cremas iluminando mi existir, luego de imposibles redondas lloviendo del cielo te miro y pienso lo especial que fuiste, si te hubieras quedado ¿Qué sería de mí?

Niña, de rojo lucias el último día de nuestra ilusión efimera, hasta ahí llegó la última intensión, el último intercambio. Sin querer, sin saber, fue la despedida presencial. ¿La tercera es la vencida? La tercera fue un final.

Pasean voces por mi fría habitación,
en mi triste soledad no logro despedirte
de mis noches que abrazan tus recuerdos, aferrándose a las quimeras de tus labios.

Mi corazón fue en tu búsqueda hacia el camino que arrojaba al olvido, entre nubes grises te has perdido dejándolo con las tinieblas perecederas que brindan con la desdicha que persigue mi alma.

Mi corazón se encuentra entre matorrales, las bestias lo despedazan, y tú has decidido correr. Salvalo te lo suplico, la noche te llama y de mi nada queda más que el amor que te reserve.
Termine abandonando por unas manos que sin entender me soltaron.

Para Morir Existen MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora