Te quiero

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La puerta esta abierta todos los días, estas debajo del marco y no decides quedarte o marcharte.

Te digo que te quiero aún cuando no lo quiero, las veces que te pregunto ¿Cómo estás? ¿Bebiste agua?
Intentare dejar de pensarte, soñarte y de esperarte, mientras te bebo a inmediatos tragos, te fumo mientras observo tu rostro en el humo que se va desvaneciendo.

Quizás te parezca exagerada mi forma de querer, son la una de la madrugada y ya te busco desesperadamente en el espacio reservado que guarda tu ausencia en mi pensamiento.
¿Te parece mal si te digo que te quiero?

El aire penetra mi ventana con un frío tan intenso que no olvida tu voz, he de quererte a las tres de la madrugada, por unos instantes que se hacen eternos, a las ocho de la mañana te pienso; También a las dos de la tarde, vuelvo a quererte a la nueve de la noche.
Puede parecerte suficiente o no, es tan inmenso que el mar podría descansar en el.

Espero poder curarme de ti como lo hizo Sabines.
Tiritando están las luciérnagas que apagan su luz para acompañar el luto de mi corazón.

Espero que cuando camines libremente y el viento lleve a tu vida mis palabras no te incomode saber que te quiero.
En estos momento lo hago, no sé si el asesino sigiloso logre acabarlo o si en el puerto de mi corazón llegue otro barco. Recuerda que te quiero.

Esto es como haber resucitado burlándote de la muerte; Abrir los ojos y darte cuenta que te llevan nuevamente al sepulcro.

Para Morir Existen MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora