Hoy resides en mí

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Del alto azul sobresalen el blanco,
la noche, el canto, el agua, el viento,
el ruego, la esperanza, la nostalgia,
el infinito, el rugir del trueno, las aves
los dioses, los astros y tu sonrisa.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!

En el dormir de las bestias y el silencio,
tu reflejo amanece en mis cerrares
inmediatos que arrojan en mí tus ojos.
Tu reflejo aparece en el nicho oscuro
que se resguarda en tu figura risueña.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!

Tiempos que invades todo de mí;
Mi silencio, mi soledad, mi existir.
De la perdida literatura que evoco,
encuentro en suelos notas coloridas
como pétalos de flores de tus besos.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!

Un continuo espejo observo e ignoro,
a la vez el frío me invade y tú apareces
como fuego que brinda fugaz equidad.
Descansas en mi ser y yo en tus labios,
recordadas las noches con tu nombre.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!

No existe un mañana.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!
No diviso un mañana.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!
No conozco el mañana.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!
No aseguro el mañana.
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!
Pero quizas mañana vuelvas a leer:
¡Hoy resides incrustada en mis latidos!

Para Morir Existen MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora