Consistencia

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La luna que acaricia el tiempo, tu sonrisa que adorna la vida, ha pasado tanto tiempo y la noche se hace eterna, corres en dirección a mi amor que profesa la ilusión que ha encontrado en tus ojos oscuros y llenos de sueño que rompen el muro de los lamentos.

Las mariposas nadan en los mares esperando que tus suaves manos la rescaten y las guarden lejos del ocaso, anda corre velozmente dulce amada y no te canses, estoy siguiendo tus pasos en la distancia que provoca el recuerdo del Helesponto, para que te quedes a mi lado un día todos los días.

La luz reluciente se prepara para esconderse cuando las blancas nubes les cuentan que tu presencia se acerca sigilosamente con tu luz arrolladora que no deja espacio para el crepúsculo que nace todos los días con interés de conquistarte y muere en el intento.
No existe ser que por el empirismo te conozca ni te haya retomado por unos segundos en su somnolencia; Tampoco existe aquel que por racionalismo, entienda tu razón o lo maravillosa que podrías ser.

Es cierto, no existe corrientes filosóficas, ni poesía que se haya escrito capaz de explicar lo que representas, sin embargo mi alma enamorada ha luchado por conseguir obtenerte unos segundos, mi vida que regenera el momento y vuelve suplicandote que le regales otros segundos y así susecivamente hasta lograr que te quedes en mi lecho de muerte.

Para Morir Existen MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora