Narra Alek
Desde que empezamos este viaje de negocios ese viejo decrepito miró a mi Megan, pero la hago mía con tanta fuerza para que todos en el jet sepan que Megan me pertenece.
Me fijo que ella esta dormida, pero el maldito pervertido le esta mirando las piernas un poco abiertas, dejando ver lo que es MIO.
Me acerco a su asiento y le doy una palmada en la pierna lo cual hace que se despierte.
- ¿Qué pasa?
- Te dormiste y te sentaste con las piernas abiertas, se te veía todo el panorama- digo susurrando con odio en su oído.
- Lo...lo siento, no pude evitar quedar- la interrumpo.
- Me importa una mierda, tienes que cuidar lo mío, no quiero que ningún maldito pervertido se te quede viendo y menos ese coño que tienes, que me pertenece en su totalidad.
- Pero si tú también eres un pervertido.
- Y soy el único pervertido que te puede ver, pensar y tocar-estoy muy enojado y eso no es bueno, siento como la sangre va corriendo por mi torrente sanguino.
- Lo siento- ella baja la cabeza y yo separo con brusquedad. ella se asegura de cerrar bien las piernas y no volver a quedarse dormida.
Después de dos horas llegamos a Dinamarca y cuando bajo del jet veo al viejo decrepito acercarse a Megan.
- Señorita Mateo - mi abogado se para al lado de ella y se acerca para hablarle en el oído - me encantó su vestimenta y más cuando vi que no llevaba nada abajo de esa sensual fal..- el enojo no deja que me controle, pero lo derribo con un puñetazo.
- Lárguese de aquí maldito infeliz- estoy muy enojado. Estoy apunto de subírme arriba al hombre para seguir golpeándolo, uno de mis guardaespaldas se acerca y me quita de encima, me suelta enseguida- llévense a ese desgraciado - grito colérico, unos segundos después me fijo en ella, la sujeto de una mano y con un trato tosco la subo a la camioneta.
- Hey, me estas lastimando- yo solo la miro con odio, como permite que le hablen así, de solo pensar que otro la estaba... se me sube el enojo a las estrellas - oye, yo no tengo la culpa de que ese señor haya dicho eso- eso lo sé, no es su culpa, pero eso no apacigua el enojo que siento. El auto empieza su recorrido hacia el hotel de hospedaje. Ella intenta hablar conmigo, pero no la volteo a ver desde hace rato. Llegamos al hotel Foens un hotel para mi, promedio.
- Buenos días- la recepcionista nos recibe con una gran sonrisa, bueno a mi - señor Alek, los estábamos esperando, sea bienvenido al Foens, si necesita algo, por favor háganos saber - vuelve a sonreír la recepcionista y la miro de arriba abajo, no esta nada mal.
Veo que empiezan a coger su camino cada uno y me fijo en Megan, se ve que está irritada, eso me gusta, pero hoy papi le tiene un castigo a la niña mala.
Sigue caminando y no nota que estoy atrás de ella. La agarro del brazo y la meto a mi habitación la llevo directamente a la cama y la tiro en ella.
- Qu.. Qué está haciendo? - la voz le tiembla, está nerviosa.
- ¿Tienes miedo? - pregunto serio.
- No- parece pensarlo, pero su respuesta es decidida.
- Pues deberías y también deberías aprender a no estar cerca de más hombres porque eso me enoja demasiado, luego pasa lo que pasó en el aeropuerto- me acerco lentamente a ella y me siento en la orilla de la cama, la agarro por detrás del cuello y la posiciono encima de mis piernas, voy a disfrutar mucho de esto...
El ruido provoca en mi una sensación de placer tan grande. Su trasero es perfecto, es natural y enorme. Subo su falda y suelta un gemido con la segunda nalgada.
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Alek Gelman +18
Teen Fiction¿Estas cansada de que todas las historias de secretarias y jefes sean iguales? Si tu respuesta es no: pues gracias por llegar hasta aquí Si tu respuesta es si: Te puedes quedar y ver la historia de Megan, en esta historia el jefe no es aquel hombre...