Capítulo 8

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Narra Megan

Estábamos en camino para otra reunión en la cual estaría Marco, aunque Alek me haya "prohibido volver a verlo" nos hemos vuelto muy amigos este último mes. Lo que me gusta de él es que es super divertido, tiene como millones de anécdotas las cuales me cuenta por llamada cuando no estoy con Alek. cuando llegamos nos recibió en resección sin problemas. Ya en la mesa me acerco discretamente y saludo a Marco con asentimiento de cabeza él en cambio me saludo con una sonrisa y un giño.

La reunión pasa volando, cuando estamos recogiendo el empresario Micaely le pide una sesión privada con Alek el cual no duda en rechazar. Marco se acerca a mi y me da un fuerte abrazo.

- ¿Cómo has estado pequeña?

- Estoy bien, pero venga, no me llames así que tengo pareja ¿cómo has estado?

- Ay cariño- dice negando con la cabeza, pero sigue hablando- he estado bien, con demasiado trabajo, tal vez te robe del puesto y te ponga en mi servicio, así me ayudas- sonríe, me encanta cuando Marco sonríe, es tan bonito, si no estuviera en una relacion con Alek o si no lo conociera, tal vez tuviera una aventura con él, es un chico increíble.

- No abandonaría a Alek, pero si te puedo ayudar, si necesitas ayuda solo tienes que llamarme, por cierto ¿Quieres ir conmigo a comer algo? muero de hambre.

- Claro preciosa, me encantaría estar en una cita con tremenda Diosa- me sonrojo y le doy un golpe en el hombro juguetón.

- Basta, me haces sonrojar.

- Vamos bella, te llevare a donde sé que vas a disfrutar -

Fuimos a camino a un lugar el cual no tenia ni idea. Quince minutos después estábamos en frente de un restaurante de sushi, nunca he comido sushi y debe ser super rico.

- Sé que te encantaran- y así fue, comí tanto que mi estomago estaba a punto de reventar, no podía dar un bocado más pues literalmente explotaría.

A la hora de pagar Marco no me quería dejar, pues según el, él fue quien me invitó.

- Si no me dejas pagar, no hablaré contigo durante un mes completo.

- No te atreverías- me reta, que gran error.

- Pues si, si me atrevería- tal vez suene infantil, pero nosotros muy raro dejamos de hablar un día, uno siempre busca al otro, él es como mi mejor amigo.

Tenemos una pequeña guerra de miradas que se ve interrumpida por el sonido de mi teléfono, es Alek.

- ¿Qué ...- me interrumpe.

- ¿Dónde coño estas?

- Estoy almorz...- me vuelve a interrumpir.

- No me importa, regresa ahora mismo. Tienes cinco minutos, si no, considérate ¡despedida!- no espera respuesta y cuelga.

Estoy jodida, más que jodida. Marco aprovecho mi distracción para pagar, él se percata de que algo malo sucedió. Sentí como la azúcar se evaporó en mi torrente sanguíneo.

- ¿Qué pasa? estas pálida.

- Alek me dijo que si no llego en cinco minutos estoy despedida ¿crees que bromee?- él me mira seriamente y se para para coger su saco atrás de la silla lo que me dio a entender que Alek no bromea. Me levanté rápido de la silla y fui directo al coche, era imposible llegar en cinco minutos, cuando el camino duro quince o diez minutos.

Marcos condujo tan rápido que temí tener un accidente y que todo terminara ahí, la verdad me gustaría ver como Alek y yo envejecemos juntos, tenemos hijos y muchos nietos, pero ahora que lo pienso, el no sería capaz de despedir a su propia novia.

Alek Gelman +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora