CAPÍTULO 1

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Narra Emma:
Todo empezó dos días antes de mi cumpleaños número 4, recuerdo que este accidente ocurrió el 20 de febrero del 2007.
Yo estaba  sentada en el piso jugando con mis muñecas como era de costumbre, y mis papas estaban por llegar del supermercado me había quedado con mi tía la cual estaba preparando algo de comer abajo. Cuando de golpe escucho un portazo en la puerta principal, era mi tío  me asome desde la puerta de mi cuarto para ver qué pasaba y cuando lo hice los vi a ambos llorando en el piso abrazados, no sabía  que pasaba pero lo que si sabía era que algo no estaba bien con mis papas.
Luego de unas horas decidí acercarme a preguntar qué pasaba ya que mis papas todavía no llegaban y mi tía seguía llorando, entonces vi a mi tío y le pregunte
- Tío , ¿Qué pasa que la tía llora tanto?¿Dónde están mis papas?-
Abrió los ojos como platos e inmediatamente miro a mi tía, ambos estaban perplejos por mi pregunta, luego de unos segundos ambos se agacharon hasta estar a mi altura y me abrazaron para luego soltar la bomba.
- Tus papas ya están en un lugar mejor- Me decía repetidamente mi tía, cosa que no entendí al principio, luego mire a mi tío y me dijo susurrando
- Tuvieron un accidente en auto cuando volvían Emma… Chocaron y … (hubo un silencio de unos segundos) y murieron- Dijo para al fin terminar su frase.
En ese preciso momento sentí como mi mundo se venía abajo y mis ojos se cristalizaban, abrase más fuerte a mi tía la cual seguía abrazándome ambas llorábamos desconsoladamente en el piso. No solo perdí a mi mama mi tía perdió a su hermana, a su compañera de vida y aventuras y mis abuelos habían perdido a su hijita.
Mientras lloraba solo pensaba en dos cosas. En mis difuntos padres y ¿en dónde me iba a quedar ahora?
Luego de unos días, tres para ser exactos me anime a preguntarles a mis tíos si me podía quedar con ellos ya que ellos no habían mencionado el tema hasta el momento y solo se quedaban en mi casa para cuidarme. Y lo que me respondieron me tranquilizo un poco ya que dijeron que por el momento me iba a quedar en su casa con ellos ya que para ellos era más fácil tenerme ahí, luego de que me dieran tal noticia decidí encerrarme en mi cuarto para ir guardando mis juguetes en una valija y sacar un poco de ropa de mi placard y que después mi tía me ayude a doblarla y ya guardar todo en valijas para mudarme.
Al día siguiente estaba arriba de un auto yendo a una casa prácticamente desconocida ya que las pocas veces que fui era muy chica como para recordar, apenas llegamos mis tíos me dieron un mini tour por la casa y después me mostraron mi cuarto el cual tenía una cama individual unos estantes para guardar mis juguetes y otros para mis zapatos, luego vi el placard era enorme y tenía mucho espacio para la ropa y cuando mi vista llego a las paredes quede prácticamente embobada viendo los mini conejitos dibujados a mano y con tanta delicadeza sobre una pared celeste claro, agradecí por todo y como no tenía hambre decidí ponerme mi pijama e ir a dormir.
Cuando me levante al otro día me encontré con un olor muy conocido para mí el cual provenía de la cocina, me levante rápidamente y camine en dirección a esta y cuando llegue me encontré con un plato con al menos seis tostadas y un frasco con miel y al lado una taza con leche. Di unos pasos más hasta que di a notar mi presencia dentro de la misma y me invitaron a sentarme a desayunar, a lo cual accedí sin dudarlo luego de comer agradecí y me vestí en mi cuarto para ir a la cocina nuevamente y ayudar a levantar la mesa y mientras hacía tal cosa mis tíos me avisaron que los días que ellos trabajaban me iba a quedar con una niñera la cual se llamaba Camila la cual venia esa misma tarde para conocerla.
Pasaron un par de horas y se escucho como sonaba el timbre a lo cual mi tía dijo
- Ya voy!!- dijo gritando para luego mirarnos a mi tío y a mí y decir
- Seguramente es la niñera- Seguido de esto fue a abrir la puerta y se asomó una chica alta, con ojos marrones y en su pelo se veía que estaba teñida ya que sus raíces eran morochas y el resto de su largo pelo rubio, era flaca y tenía una enorme sonrisa la cual inspiraba confianza.
Mis tíos hablaron unos minutos con ella y luego me llamaron, nos presentamos y a partir de ahí ella venia cada lunes miércoles y viernes a cuidarme y jugar con migo lo cual me ponía muy feliz ya que con el tiempo no la vi como una niñera sino como una amiga la cual era más grande que yo pero me cuidaba, aconsejaba, arropaba y quería como si fuera su hermana menor.

La verdadera cara de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora