Exactamente un año después de la perdida de mis papas me encontraba en mi casa anterior con mis tios yo jugaba en el jardín mientras ellos ordenaban adentro, siempre íbamos una ves al mes para mantenerla limpia y en orden.
Cuando me encontraba en el jardín había estado corriendo así que decidí acostarme un rato en el pasto para descansar un poco, esa paz me duro poco ya que a los pocos minutos fue interrumpida por algo que parecía ser un ladrido que venia de la casa de al lado la cual estaba en mal estado ya que sus dueños no iban muy seguido, luego de escuchar tales ruidos me asome por el tapial para ver al pobre animal y cuando mire hacia abajo me encontré con un perrito negro con manchas blancas, este era muy chiquito como para saltar y estaba mal alimentado como para tener las energías de cavar asi que me decidi por ser yo quien salte y sacarlo de ahí, no tarde mucho en pasar ya que el tapial no era tan alto, una vez que ya estaba del otro lado me acerque al perrito con cuidado y despacio para que no se asustara. Una ves que lo tuve en mis brazos cruce nuevamente el tapial una ves del lado de mi casa entre corriendo a la casa con el cachorro en manos y una gran sonrisa en mi cara debido a mi logro, una ves que encontré a mis tios les explique la situación y automáticamente los convencí para volver a su casa y darle agua y alimento.
Cuando al fin llegamos a la casa agarre dos platos viejos y en uno puse agua y en el otro un poco de comida que había sobrado de la noche anterior y acerque al perrito a los platos y automáticamente empezó a comer y tomar agua yo estaba muy feliz ya que había logrado salvar a ese animalito, mis tios notaron mi felicidad y entonces entre todos decidimos quedárnoslo ya que hablamos con mis vecinos anteriores y aceptaron.
Estaba tan feliz que agarre unas remeras y buzos viejos que tenia o que ya no me entraban y le arme una cuchita y luego la ubique justo al lado de mi cama y luego llame al cachorrito para que la probara, se ve que le gusto ya que apenas se acurruco se durmió, yo en cambio me bañe comi algo y me fui a dormir y antes de caer dormida decidi pensar un nombre para el mismo. No se me ocurrio nada que me guste entonces a la mañana siguiente me desperté con una lengua humeda en la cara y olor a la comida de hace dos noches y una ves que lo vi sonreí y lo subi a la cama y mientras lo acariciaba se me ocurrio un nombre perfecto para el “Moro” pensé para luego mirarlo acurrucado a un costado mio y decirle su nuevo nombre a lo que el automáticamente se dio vuelta y me miro. Era tal mi alegría ese dia que decidi ir a decirle a mis tios que ya tenia un nombre para el cachorrito.
Entre corriendo a la cocina y grite
- Encontré el nombre perfecto para el cachorrito!!- Vi como automáticamente mis tios me miraron con una sonrisa al notar mi emoción por tal noticia y preguntar al unisono
- ¿¡ cual es?!- preguntaron con alegría a lo que yo respondi
- Moro!!, ¿Qué les parece?- A mis tios les encanto el nombre que elegí para mi nuevo amigo.
El lunes siguiente estaba en mi cuarto con moro jugando con el mientras intentaba acomodar mis jugetes y se escucho el timbre yo automáticamente mire a mi amigo me pare y Sali corriendo de mi cuarto mientras moro me seguía, corri hasta la puerta para encontrarme con Cami.
Cami me miro con una sonrisa y luego saludarme y a los pocos segundos sentí algo entre mis piernas, era moro, se lo presente a Cami
- Mira Cami ahora tengo un cachorrito y se llama moro!!- Solte con alegría a lo que ella me respondio.
- ¿Y esta cosa tan linda de donde salio?-
- Yo lo rescate de la casa de mis antiguos vecinos- Afirme orgullosa
Espere a que cami terminara de limpiar la casa para invitarla a pasar a mi cuarto a jugar conmigo y con moro, ella rápidamente accedió al ver la emoción reflejada en mi cara
Moro siempre estuvo con migo, siempre que lo necesitaba o estaba triste el aparecia como mi héroe y me hacia levantarme de la cama para ir a jugar con el, y a veces también con mis tios y Cami. Siempre lograban sacarme una sonrisa entre todos cuando estaba triste o me ponía a pensar en lo mucho que extrañaba a mis papas.
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La verdadera cara de la vida
AdventureEn este libro vas a encontrar un poco de como fue la vida de Emma Dawson la cual conoció a sus amigos de por vida en el orfanato de la ciudad Esmeralda, de los cuales dos eran hermanos, Luca y Enzo González junto a Sophia Torres. Se volvieron insep...