Capítulo Veintiuno.

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Lia.

—Lamento que hayas presenciado eso, pero debía sacar esa frustración de alguna manera.

—No te culpes por tener sentimientos.

—No quiero que me vuelvas a presionar sobre regresar, no pienso volver a hablarlo con ellos por un buen tiempo. —evadí su respuesta, respondiendo con un tono neutral, porque, a decir verdad, en ese momento, no me sentía triste ni enojada.

—No tenía planeado hacerlo, no volveré a molestarte para que convenzas a tus padres para volver.

—Bien.

Habíamos estado callados por un buen rato dentro del coche, sin avanzar por supuesto, no sabía cuándo encendería el vehículo para volver a casa, más no le tome mucha importancia. Después de mi escena, me sentí avergonzada y mal conmigo misma, pocas personas habían tenido la dicha de verme llorar y que alguien como él lo hiciera no ayudo, es decir, nos teníamos confianza, pero no estaba claro hasta qué punto teníamos permitido hacerlo.

—¿Tienes prisa? —preguntó él

—No estaría aquí si fuera así, creo que es obvio.

—Oh, creo que tienes razón. —respondió apenado.

Me di cuenta de que mis palabras y tono de voz no habían sido las correctas. No quería hacerlo sentir mal cuando lo único que había hecho era estar ahí para reconfortarme.

—Lo lamento, no quería hablarte de esa manera, no estoy tratando de desquitarme de alguna manera contigo. No soy así. —aclaré.

—No estaba pensando en eso.

No estaba convencida con su respuesta. Era cierto que él solía ser muy tranquilo cuando situaciones así le ocurrían, pero esta vez lo pude notar diferente y eso me hacía sentir culpable.

—Oye...

—Dime.

—¿Recuerdas que el día en el que te invité a comer y estuve también observándote en la práctica? Bueno, ese día, lo molesto se te notaba a kilómetros, así que no me atreví a hablarte porque pensé que te desquitarías conmigo. —solté una risita, tratando de relajar el ambiente.

—¿Qué? ¡No! Ja, ja, ja, ¿Por qué pensaste eso?

—¡Lo sé! Lo sé, es tonto, pero juro que lo llegue a pensar, no me culpes por eso. —mordí mi labio mientras repasaba ese día.

—No niego que me haya desquitado alguna que otra vez con alguien, pero normalmente no lo hago, libero mis tenciones a la hora de practicar natación. —explico y yo escuche atentamente—Ese día estaba enojado por varias cosas, pero te aseguro que, si me hubieras hablado, no hubiera actuado de forma grosera.

Quería saber si una de esas cosas había sido presenciar la charla demasiado amistosa de YeJi y YeonJun, pero no me atrevía a preguntarle. Cuando él comenzó a tomar clases conmigo, comencé a preguntarme si había estado tomando clase con YeJi o solo había sido en aquella ocasión, pero tampoco tuve la oportunidad de descubrirlo debido a que no había vuelto a la biblioteca después de eso, aunque también estaba segura de que ya no la veía después de clases, pues ahora los que se veían seguido, éramos nosotros, ya fuera para estudiar o tener charlas ocasionales.

—¿Por qué otras cosas estabas enojado? Solo me contaste que era por la escuela ¿Sucedieron otras cosas además de eso?

Merecía una buena bofetada por haber sido tan entrometida, pero en verdad quería saber más, solo contaba con la información de que la chica por la que estaba en la escuela era YeJi, más, sin embargo, quería saber por qué ella, qué es lo que le atrajo y que la volvía así de especial como para cometer algo así.

Oh, Honey | Soobin & LiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora