Capítulo Veintisiete.

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Había pasado una semana desde que había mantenido una conversación larga con Soobin. Él se había disculpado por su ausencia, me dijo que en cuanto los entrenamientos para el concurso pasaran, recompensaría el tiempo perdido, pero no verlo no era lo que me preocupaba, sentía que él no lo estaba disfrutando y eso estaba mal.

Cuando compartió sus sentimientos conmigo, lo alenté a participar y él lo hizo, pero había cambiado. El miércoles lo vi entrenar, más, sin embargo, no se veía su chispa habitual, Soobin tenía miedo y yo, sabiendo eso, lo hice participar. Me sentía horrible por eso, pero no quería que se estancara, me arrepentiría más si lo dejara en ese estado, que lo que había hecho.

Necesitaba un consejo y sabía que mi hermana podría darme uno, pero tenía que pedirlo disimuladamente y yo no era la reina de la sutileza. Me escabullí en su habitación sin permiso y me recosté con vista hacía el techo.

—¿Qué debería hacer? —suspiré fuerte.

Ella estaba escuchando música, pero no traía puestos los audífonos, por lo que sabía que me había oído, pero no me contesto. Sí, ella me estaba ignorando.

—¿Acaso soy una mala persona? ¿Me odiará después de esto? —tosí fuerte, pero ella seguía anotando quien sabe que cosas—¿Qué debería hacer?

—Si necesitas que te de un consejo, debes pedírmelo, lo que intentas hacer solo es gracioso en programas de televisión. —cerró su computadora y giro hacía mí—¿Qué fue lo que pasó?

—Soobin recibió una propuesta increíble, pero él no quería aceptarla por temor a cosas del pasado. Yo quiero verlo progresar, por lo que lo alenté a aceptar la propuesta, pero, no sé si fue buena idea, no quiero que él lo haga solo por obligación.

—Bueno, Soobin necesita tiempo y comprensión, pero en lo personal, creo que fue algo bueno que lo alentaras a no dejar una oportunidad valiosa. —dijo Irene muy en serio. —Demuéstrale que estas para apoyarlo. No lo dejes solo.

—Tienes razón. —jugué con mi pulsera como si esta fuera a darme una idea—¿Debo hablarle ya?

Irene puso los ojos en blanco y me lanzo una almohada.

—¡Auch!

—¡Pero claro que debes hablarle ahora! ¿No se suponía que tú eres la inteligente?

—Ja, ja, ja. —reí irónicamente. —Gracias por el consejo, me voy.

—Cuando quieras.

Me las había arreglado para conseguir el número de su mejor amigo, Beomgyu

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Me las había arreglado para conseguir el número de su mejor amigo, Beomgyu. Le pregunté sobre los días libres de Soobin, él me los dio sin ningún problema. Para ser sincera, me sentía insatisfecha al haber invadido su privacidad de esa manera, pero tampoco es como si pudiera preguntarle a él en persona, debía hablarle lo antes posible.

Martes por la tarde era el día libre que elegí para hablar con él, aún no estaba muy segura de las palabras que le iba a decir, mas, sin embargo, tenía la idea clave, que a mí parecer, era lo más importante.

Oh, Honey | Soobin & LiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora