—¿Mi hermana llevaba puesto ese excepcional diamante la noche que murió? ¿El diamante Brandizi? —Camila se quedó mirando a Lauren, asombrada.
—Así es.
—¿El mismo diamante que los primogénito/as de su familia le dan a las mujeres como símbolo de amor eterno? —Camila se rió, incrédula—. ¿Conocía mi hermana la historia?
—Seguramente sí.
—Así que el hecho de que ella llevara puesto el diamante corroboraría su creencia de que usted la amaba y que iba a casarse con ella, ¿no es así?
—Para ser una respetada arqueóloga, usted tiene un alarmante don de mal interpretar las cosas, doctora Cabello —Lauren gruñó levemente.
—Lo que yo creo es que estoy analizando los hechos por primera vez. Respóndame a una pregunta, señora Jauregui. ¿Amaba usted a mi hermana?
Lauren dudó ante aquella pregunta, respondiendo así a ella.
—Nos entendíamos —dijo finalmente.
—Estoy segura de que lo hacían. Mi hermana era joven y muy fácil de tentar con la perspectiva del dinero y el romance. Debió ser una presa fácil para un sofisticada mujer con su experiencia.
—Me niego a seguir discutiendo las circunstancias de la muerte de su hermana —gruñó ella, que estaba comenzando a enfadarse—. Todo lo que debe saber es que el diamante no le pertenecía.
Camila, percatándose de que en aquel momento ella tenía el poder de hacer la vida de Lauren extremadamente incómoda, sintió cómo la adrenalina le corría por las venas. A aquella mujer sólo le interesaba el dinero; no había mostrado ninguna emoción sobre la muerte de su hermana, pero en aquel momento estaba cada vez más nerviosa. Le importaba más la pérdida del diamante que la pérdida de su hermana. Si ésta no hubiera llevado el diamante en el cuello cuando murió, ella jamás habría realizado aquella visita y aquello la enfadó aún más.
—Pero si ella lo llevaba puesto la noche que murió, la noche que cayó de su terraza, me imagino que usted se lo había dado. ¿Y qué es lo que acaba de decir? —Camila frunció el ceño levemente—. ¿Qué era un símbolo de amor, que se da a «la mujer de su corazón»? Supongo que por eso Sofia me mandó ese mensaje. Sabía que una vez llevara puesta la celebre gargantilla, tenía asegurado un futuro como su esposa.
Lauren Jauregui se acercó a ella, mirándola intensamente.
—Dígame, doctora Cabello, cuando encuentra alguna antigüedad… —agarró un trozo de cerámica del escritorio de ella— ¿se atreve a certificar su autenticidad inmediatamente?
—Desde luego que no. Tenemos a varios técnicos que fechan los objetos y establecen su valor.
—¿Así que está de acuerdo en que las cosas a veces no son lo que parece?
—Sí, pero…
—Como académica, su trabajo es explorar la verdad que hay detrás de los hechos, ¿no es así? —Dijo ella, volviendo a colocar el fragmento de cerámica sobre el escritorio—. No se debe dejar llevar por las apariencias, como hace mucha gente menos educada e informada, ¿verdad?
Camila se sintió muy incómoda y se recordó a sí misma que Lauren estaba tratando de jugar con ella, manipulándola con palabras. Seguramente había hecho lo mismo con su hermana.
—Mi hermana estaba enamorada de usted. Tengo un mensaje suyo que indica que ella realmente creía que usted se iba a casar con ella. Y ahora descubro que llevaba puesto su diamante… ¿Y aun así trata de convencerme de que las apariencias engañan?
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Joyas del Corazon(Camren)
FanfictionContenido G!P. G!P: Lauren El diamente de la familia Jauregui había acabado por error en las manos de la bella Camila Cabello y Lauren Jauregui debía recuperarlo. Pero Camila tenia motivos para no querer perder aquella joya.... y para querer vengarz...