Capitulo 24

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La sala de baile del lujoso hotel estaba repleta de gente y a Camila le sorprendió y le inquietó ver allí a la madre de Lauren.

—Es una de las patrocinadoras de la cena benéfica —dijo Lauren al percatarse de la preocupación de Camila al haberla visto—. La mayoría de la alta sociedad de Atenas está aquí reunida. Esta cena se celebra todos los años. Es muy aburrida. No te preocupes, simplemente compórtate con naturalidad. Nos marcharemos en cuanto haya hablado con la gente a la que he venido a ver.

Durante la cena, aunque Camila estuvo hablando con un abogado que tenía sentado a su derecha, no dejó de estar pendiente de Lauren, que estaba sentada a su izquierda hablando con una rubia explosiva.

Se tuvo que recordar a sí misma que ella tenía todo el derecho a disfrutar de la compañía de otra mujer y cuando terminó la cena se excusó con los demás invitados para salir a tomar aire fresco.

Salió al jardín y se sentó al lado de una burbujeante fuente.

Pensativa, le llevó un rato darse cuenta de que había dos personas hablando en la terraza que había sobre ella. Eran Lauren y su madre.

Instintivamente sabía que no le iba a gustar lo que escuchara. Trató de levantarse y decir que estaba allí, pero sus piernas no la sujetaban y no pudo articular palabra.

Allí sentada, horrorizada por lo que podría oír, oyó cómo hablaban en griego.

—¿Es su hermana?

—Su hermana mayor.

—Sólo puede haber una razón por la que te hayas casado con una mujer como ésa, con alguien relacionado con aquella terrible chica. Dinero. Te ha chantajeado, ¿no es así? —dijo Clara con la voz entrecortada—. Te ha amenazado con ir a los medios de comunicación o algo así. Algo peor...

—Yo amo a Camila. Y no quiero hablar más de su hermana.

En ese momento se oyeron más voces en la terraza y Camila supuso que Lauren y su madre habrían ido a seguir hablando a un lugar más privado.

Se quedó allí sentada durante un momento, como atontada. Recordó cómo se había referido a ella la madre Lauren: «una mujer como ésa».

Pero en realidad no podía negar lo que se le acusaba. Había chantajeado a Lauren. No por dinero, pero sí por la joya, lo que seguramente sería incluso peor. Ella se había sacrificado a sí misma para proteger a su familia. Ella estaba mintiendo, diciendo que la amaba para que así su madre no sufriera. Era una mujer de honor, mientras que ella...

Ella era alguien que nunca debería haber estado con Lauren.

Sofia casi había destruido a su familia.

Se preguntó cómo había sido tan tonta al pensar que arreglarse y mostrar que disfrutaba del sexo iba a ser suficiente para Lauren. Ella no la amaba y nunca lo haría. Simplemente le había mentido a su madre sobre ello para tratar de dulcificar sus sentimientos hacia ella.

Era una locura que ambas permanecieran juntas. Así como ella había creado aquella situación, también podía repararla. Podía dejarle libre. Debía dejarla libre.

El problema era cómo hacerlo ya que la amaba muchísimo.

Se le llenaron los ojos de lágrimas al contemplar lo que significaba dejarle libre.

Decidió que iba a regresar a Inglaterra. Le pediría al abogado que redactara un documento donde ella renunciara a todos sus derechos sobre el diamante Brandizi.

Iba a regresar, pero no a su antigua vida. Amaba su trabajo, pero no estaba dispuesta a seguir viviendo con su madre ni a considerar que una conferencia era lo más interesante de la vida social.

Joyas del Corazon(Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora