Joyas del Corazon(Camren)

Capitulo 7

Aquella mujer sólo pensaba en el dinero. Consternada por su hermana y profundamente ofendida por su insensibilidad, Camila le tiró a la cara el whisky que quedaba en el vaso. Pero ni siquiera la ostensible impresión que reflejó la cara de ella fue suficiente para satisfacerla. Quería hacerle daño. Realmente deseaba hacerle daño. Si hubiera tenido una pistola en la mano, le habría disparado al corazón sin importarle las consecuencias.

—¿Quiere su joya? —dijo, regodeándose en la furia que reflejaban los ojos de ella—. Se la devolveré, pero con una condición.

Sin decir nada, Lauren tomó su cartera y sacó una chequera.

—Ponga un precio. Sea el que sea merecerá la pena para así sacar a toda su familia de mi vida.

—Ah, pero mire, eso no es lo que va a ocurrir —dijo Camila con la voz temblorosa—. Pagar dinero sería demasiado fácil para usted. Ni siquiera lo notaría y yo quiero que lo note. Deseo que lo note. A cambio de la joya, me va a dar lo que siempre le negó a mi hermana.

—No entiendo.

—Usted se va a casar conmigo —dijo ella, sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho. Ni siquiera se podía creer lo que acababa de decir—. Usted no se casó con mi hermana, pero va a tener que casarse conmigo si quiere que le devuelva la joya, Lauren —la manera frívola en que se refirió a ella por su nombre fue abiertamente insultante.

Se creó un incómodo silencio durante el cual ella la analizó con la mirada, siendo casi incapaz de controlar la agresividad que estaba conteniendo.

—Meu Dios, debe estar bromeando —el acento griego de Lauren de repente fue muy pronunciado—. Nunca me casaría con una mujer como usted.

Camila se dijo a sí misma que no le había dolido aquel comentario. En realidad, el hecho de que ella la considerara repelente era estupendo, ya que de aquella manera el castigo sería mayor.

—Es un reto, ¿no cree? ¿Hasta dónde puede llegar para recuperar la joya? ¿Está dispuesta a casarse con una mujer que tiene una personalidad desagradable y que no se preocupa por su apariencia?

Lauren se quedó de pie, en silencio, con los ojos echando chispas y esbozando una dura mueca.

—¿Por qué sugiere esto? ¿Por qué querría una mujer como usted… —la miró de arriba abajo de manera despreciativa— casarse conmigo?

—Yo no quiero casarme con usted —dijo Camila con la voz, calmada—. Estoy segura de que eso le sorprende, dada la arrogancia natural que posee, pero es verdad. No tengo ningún deseo de casarme con usted. De hecho, siendo sinceras, debo decirle que el pensar en pasar tiempo con usted me resulta desagradable.

Las mujeres hacen cola para pasar tiempo conmigo.

—Bueno, usted es muy rico —murmuró Camila—. Y eso es una ventaja para alguien tan mercenaria.

—Si esa es la opinión que tiene de mí, ¿por qué haría una sugerencia tan ridícula?

—¿Se refiere al matrimonio? Porque forzarle a que se case conmigo sería la más dulce de las venganzas. Usted no puede soportarme, ¿verdad? Incluso le molesta estar cerca de mí. Está deseando sacarme de su vida. Bueno, pues no va a ocurrir. Usted le dio a mi hermana un contrato de dos años con su compañía, así que vamos a cambiar el acuerdo. Dos años. Debe acceder a estar casada conmigo durante dos años.

—Usted también estará implicada en este matrimonio que esta proponiendo —dijo ella, luchando para no soltar una larga lista de improperios.