Joyas del Corazon(Camren)

Capitulo 8

—¿Cómo te atreves a montar una escena como ésa en público? Has sido imperdonablemente grosera con Veronica. ¡Le has dejado allí sentada!—. Camila estaba furiosa.

Lauren se acercó al chófer, le dijo algo rápido en griego y este comenzó a conducir.

—Si le importaras, no habría dejado que te sacara del restaurante —dijo, acomodándose en el asiento—. Y tú estabas deseando que ella me detuviera, ¿verdad? Querías que se levantara y que me golpeara.

—Veronica nunca haría algo tan poco civilizado.

—No, seguramente no lo haría, pero trata de no disgustarte por ello —Lauren estiró las piernas, esbozando una expresión petulante—. Ahora estás con una mujer de verdad.

—Eres una arrogante insoportable. No entiendo cómo ninguna mujer puede soportarte.

—Bueno, si  Veronica es un ejemplo del prototipo de mujer que te gusta, entonces puedo entender tu confusión —dijo, mirándola burlonamente—. Pero la verdad agapi mu, es que te parezco casi irresistiblemente excitante, ¿no es así? No puedes dejar de comparar y odias hacerlo, porque te gusta pensar que estás por encima de esa necesidad humana tan básica como el deseo sexual, pero en realidad lo anhelas.

—No te encuentro excitante.

—Sí que lo haces. Es simplemente que no reconoces el sentimiento porque hasta el momento no habías sentido antes nada parecido y creo que es normal si te has estado relacionando con mujeres como Veronica.

—Te repito… —dijo, emitiendo un pequeño grito ahogado— que no me pareces excitante. Y desde luego que no estoy anhelando tener sexo. ¿Por qué tienes que reducirlo todo a lo más simple? Debes saber que me interesa más la mente que el cuerpo humano —sabía que estaba ruborizada; nunca antes había mantenido conversación sobre sexo.

—La raza humana es simple. Si no lo fuera no podríamos sobrevivir —Lauren la analizó con la mirada—. El ser humano nacio para procrear. Es algo innato y natural.

—Supongo que es así como justificas tu irresponsable vida sexual —Camila sintió cómo el calor se apoderaba de la parte interior de sus muslos.

—Vida sexual activa —corrigió ella—. Activa.

—¿Así que sólo estás poniendo tu granito de aren para la conservación de la humanidad? —dijo ella, siendo sarcástica para así ocultar las emociones que se estaban apoderando de ella.

—Lo que digo es que si una mujer y una mujer se sienten atraídas entre sí, es natural que tengan sexo apasionado.

—Desde luego que puedes tener tu opinión, pero algunos de nosotras tenemos otras prioridades en la vida. Personalmente opino que tener conexión mental con alguien es mucho más estimulante que ninguna conexión física.

—Normalmente establecemos nuestras prioridades! basándonos en nuestras experiencias. Tú estás más interesada en la mente humana porque te has pasado la vida en compañía de mujeres como Veronica, que no tienen otra cosa que ofrecer.

—Veronica puede ofrecer una compañía mucho más estimulante de la que tú nunca puedas dar.

—¿De verdad? —Lauren se echó para delante, sin dejar de mirarla—. ¿Provoca que se te acelere el corazón y que te quedes sin aliento? ¿Cuándo estás con ella te arde el cuerpo de pasión? Cuando estáis en la cama, ¿te hace olvidar que eres arqueóloga? ¿Hace que te olvides de todo salvo del hecho de que eres una mujer?