El tono burlón que estaba empleando Lauren enfureció a Camila, que estaba muy tensa.
—Si piensas que voy a siquiera contemplar la posibilidad de irme a la cama contigo, entonces no me conoces para nada.
—Bueno, eso se resolverá pronto a través del sexo. Es una excelente manera de llegar a conocer a alguien. Y en realidad sé bastantes cosas de ti —la miró a la boca—. Ni siquiera reconoces las señales básicas de la atracción sexual, ¿no es así?
—Si me estás preguntando si te encuentro atractiva, ya te he dicho que no. Siento si te hace daño, pero es la verdad.
—La verdad es que te parezco increíblemente atractiva.
Antes de que ella pudiese responder, la puerta del coche se abrió y Lauren hizo un gesto con la mano.
—Necesitamos ponernos en marcha o llegaré tarde a la reunión.
Camila ni siquiera se había percatado de que el coche se había detenido y se quedó mirando sorprendida al enorme avión que había en la pista de aterrizaje.
—¿Qué es eso?
—Es un avión —dijo Lauren amablemente—. Está preparado para despegar en cuanto los pasajeros suban.
—¿Los pasajeros? —agarrando su bolso, Camila se quedó de pie en la pista de aterrizaje, mirando el avión.
—Tus preguntas son muy entretenidas, pero si respondo a todas ahora, nunca llegaré a la reunión. Haz una lista y después te las puedo responder —entonces hizo un gesto a su equipo de seguridad y tomó a Camila por la muñeca, dirigiéndose hacia las escaleras.
—Espera un segundo —Camila tiró de su brazo—. No puedo marcharme del país. Mi vida está aquí. Mi trabajo. Mi madre no está bien…
—Ambos sabemos que tu madre recibió una cura instantánea a sus heridas el día que se enteró de que su hija se iba a casar con una multimillonaria —dijo con sequedad—. Esta mañana parecía muy sana. No como tú, que estabas muy pálida.
—Parece que no comprendes. Trabajo en el museo y doy clases en la universidad.
—Debiste pensar en ello antes de chantajearme con casarte conmigo.
—Yo no te chantajeé —aquella palabra hacía sentirse a Camila muy inquieta.
—¿No? —dijo ella al llegar al inicio de las escaleras, atrayéndola hacia sí—. Si no me casaba contigo, no me devolvías la joya. ¿Qué es eso sino un chantaje?
—Está bien… —la voz se le entrecortó levemente—. Estoy dispuesta a admitir que quizá haya reaccionado de forma exagerada. Estaba muy disgustada por lo de mi hermana y tú eres tan insensible… lo que no ayudó —de repente Camila se dio cuenta de lo que había hecho—. Pero no puedo ir a Grecia. No puedo irme contigo. Olvidémonos de todo. Quédate con la joya, nos divorciamos y…
—¿Rindiéndote tan fácilmente, Karla? Creía que querías castigarme. Esto no va a ser para nada divertido si por lo menos no tratas de ser un adversario que merezca la pena.
Camila sí que quería castigarle, pero de repente parecía que ella tenía el control. Se sentía estúpida.
—Nos divorciaremos —murmuró, tratando de soltar su mano—. Iré a ver a un abogado esta tarde.
—No pierdas el tiempo. Yo tengo el mejor abogado donde los haya. No podrás terminar con este matrimonio hasta que no transcurran los dos años que tú estipulaste —la agarró con más fuerza—. Es una pena para ambos que no lo reconsideraras hace unas semanas. Tal y como están las cosas, no hay posibilidad de escapatoria. Para bien o para mal, tenemos que estar juntos durante los próximos dos años. Trata de sacar algo positivo.
—Pero…
—Si vas a discutir, ¿te importaría hacerlo cuando hayamos subido al avión? Mi piloto está preparado para despegar —dijo, arrastrándola por las escaleras sin darle oportunidad de pelear.
Cuando la metió en el avión, Camila se quedó paralizada. Era como estar en un lujoso salón.
—Cocina, dormitorio, cuarto de baño y cine —dijo Lauren en tono aburrido, haciendo que ella se sentara en un sofá—. Ponte el cinturón de seguridad o mi piloto se pondrá nervioso.
—¿Tu piloto?
—Lo estás haciendo de nuevo —señaló ella con tacto mientras tomaba unos documentos de una de las asistentes de vuelo—. Hacer preguntas. ¿Tiana?
—¿Sí, señora? —la auxiliar de vuelo rubia que le había entregado los documentos se acercó.
—Necesitamos comer y después quiero una conferencia telefónica con Keaton y Wesley —dijo, firmando y devolviéndole los documentos a la muchacha.
—Sí, señora —dijo la chica, tomando los documentos y sonriendo a Camila—. Bienvenida a bordo. Si hay algo que necesite, por favor, díganoslo.
Camila reprimió las ganas de reír; nunca antes había estado en un avión como aquél.
—¿Es tuyo?
—¿El qué? —preguntó Lauren, frunciendo el ceño.
—Este avión.
—Desde luego —la cara de Lauren reveló lo que pensaba de aquella pregunta.
Camila se sintió completamente fuera de lugar y se ruborizó levemente.
—¿Por qué no puedes viajar en un avión normal como hace todo el mundo?
—Yo no soy como todo el mundo —respondió ella, abrochándose el cinturón—. No puedo dirigir un negocio que se extiende por todo el mundo si tengo que estar limitado por los horarios de los vuelos comerciales.
—Así que tienes tu propio avión.
—Tengo mi propia flota de aviones —corrigió ella—. Cinco, para que así todos los miembros de mi equipo puedan tener movilidad y trabajar mientras viajan. Es bueno para los negocios —dijo, tomando una copa de champán que le ofrecía la auxiliar de vuelo y ofreciéndosela a Camila.
—No bebo.
—Entonces empieza a hacerlo —le recomendó Lauren en un tono de voz dulce, dejando la copa en la mesa frente a ella—. Te ayudará a tranquilizarte y eso será beneficioso para ambas. Te encuentro increíblemente nerviosa y tensa, lo que no me ayuda a relajarme.
Algo en la mirada de ella hizo que ella se pusiese aún más nerviosa y recordó la conversación que habían mantenido acerca de sus niveles de estrés. Había dicho que necesitaba sexo para aliviar la tensión.
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Joyas del Corazon(Camren)
FanfictionContenido G!P. G!P: Lauren El diamente de la familia Jauregui había acabado por error en las manos de la bella Camila Cabello y Lauren Jauregui debía recuperarlo. Pero Camila tenia motivos para no querer perder aquella joya.... y para querer vengarz...