Capitulo 13

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Márchate —aunque las burbujas de jabón la tapaban completamente, se metió aún más debajo del agua. Estaba escandalizada—. Quiero tener privacidad.

—Debiste haber pensado en ello antes de haberme propuesto matrimonio y haberme impuesto que abandonara mi estilo de vida.

Sin pensarlo dos veces, Lauren se quitó los calzoncillos y se metió en la bañera con ella.

Impresionada ante aquel descaro, su primera reacción fue salir del agua, pero eso hubiese implicado que ella la viera desnuda.

Lauren no había hecho ningún ademán de taparse. Era el reflejo de la seguridad… una mujer atlética y con una figura inigualable cuya reivindicación de que necesitaba sexo estaba sustentada por su enorme erección.

Decidiendo que salir de la bañera desnuda era menos desalentador que quedarse allí con ella, miró las suaves toallas pero, antes de que pudiese agarrar una, sintió cómo ella la tomaba de la muñeca.

—No puedes…

—Sí que puedo —sin decir nada más, la sentó en su regazo.

Camila se retorció y trató de levantarse, pero las burbujas habían hecho que la bañera estuviera resbaladiza y, de todas maneras, ella era mucho, mucho más fuerte que ella. Volvió a retorcerse, pero entonces sintió el fuerte empujón de la erección de ella contra su muslo y se quedó helada. Lauren la miró a los ojos y ella pudo observar humor reflejado en los de ella, junto con otro sentimiento mucho más primario y básico.

—Lo siento, pero te lo advertí —dijo ella suavemente mientras la abrazaba por la cintura y la besaba.

Al tocar los labios de ella los suyos, Camila sintió cómo el fuego le recorría la pelvis y gritó, impresionada, para a continuación emitir un gemido de incredulidad cuando ella metió la lengua en su boca, besándola eróticamente, de una manera que ella nunca antes había experimentado.

Sintió la dureza de los muslos de Lauren bajo los suyos. Entonces cerró los ojos y se vio transportada a un mundo distinto, a un mundo sensual donde los pensamientos no importaban, donde lo único que contaba eran los sentimientos.

Lauren la atrajo aún más hacia sí y ella pudo sentir cómo le latía el corazón mientras reposaba una mano sobre su pecho. Entonces ella le tocó un pezón y ella gritó, impresionada. La excitación se apoderó de ella, que se retorció contra los duros muslos de Lauren.

Sin dejar de besarla, volvió a acariciarle el pezón, repitiendo la caricia hasta que ella no pudo resistirlo durante más tiempo y apartó su boca de la de ella para gritar y tomar aire.

Oyó cómo ella murmuraba algo en griego, algo que ella no entendió. En ese momento Lauren hundió su cara en el cuello de ella, que echó la cabeza para atrás, gimiendo al sentir su boca quemándole la piel. Tenía el cuerpo ardiendo; se estaba estremeciendo de necesidad. Sintió cómo ella le acariciaba de la cintura a la cadera y cómo la movió levemente. Entonces sintió los expertos dedos de Lauren acariciándole cerca del corazón de su feminidad.

Se retorció levemente, intentando protegerse, pero estaba debilitada y mareada y Lauren pudo abrirle las piernas, penetrándola con un dedo.

Camila sintió tal placer que tuvo que gritar, se le nubló la vista y le tembló todo el cuerpo. Sabía que tenía que resistirse, pero no tenía ni idea de cómo iba a detenerla, de cómo iba a dominar las sensaciones que estaban amenazando con consumirla.

Lauren volvió a besarla, acariciando con su lengua los dulces labios de ella en una sensual exploración que hizo que la vibración de su pelvis se intensificara hasta niveles casi intolerables.

Joyas del Corazon(Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora