Carta para Morrigan
¡Hola de nuevo, Morrigan! No puedo mentirte: descubrí este documento hace un tiempo, pero me percaté de la nota que habías puesto al comienzo. Sé que te asusta la idea de que piense cosas extrañas de todo eso, ya sabes, lo que aconteció años atrás. Pero quiero recordarte que estaba contigo, y a lo largo de esta nueva vida en Far'zai, eso no cambiará, tal como nos prometimos en esos momentos de angustia, momentos que hoy reemplazamos con cariño y aroma a frutillas. Decidí de todas maneras añadir algo de autoría propia, porque hay cosas que me gustaría hacerte saber.
Te adoro, Morrigan. A veces, te encuentro deprimida, y me confiesas que es porque te preguntas si esto va a durar. Te lo sigues preguntando incluso diez años después, y sé que no lo dices por ti, porque veo a kilómetros que me amas tanto como el día en que me narraste tu carta de matrimonio. Lo dices porque piensas qué pasaría si yo ya no sintiera algo como mariposas estando a tu lado, o como dirías tú: ¡una puñalada en el costado!
Eso no ha pasado, cariño. Un día me confesaste que tenías dudas así porque una parte de ti —esa que te dejó el mundo violento del que logramos escapar —te dice que yo sigo contigo sólo porque me salvaste la vida. Pero no es así, ¡obvio que no es así!
Me has vuelto a enamorar una tras otra vez, porque a través de los años, he descubierto más y más de ti. Sigo suspirando por tu abrazo, deseando volver a casa para estar contigo cuando vuelves del trabajo. Y me siento feliz cuando lo hago, porque después de todo, ahora tengo una familia.
He investigado de ello, y pronto, hablaré contigo. Quiero que adoptemos a una niña, Morrigan. Y sé que pensarás, ¡oh no, como podría yo demostrar tanto afecto!
¡Pero lo has hecho! Lo has hecho a lo largo de estos años, y en tu compañía, he logrado superar mis miedos y mis dudas. En mi antigua vida, en soledad, anhelaba tener una familia. Cada día contigo me ha hecho tachar por cumplido ese anhelo.
Junto a ti, llevo doce años sin despertar pensando en que desearía otra vida. Porque volteo, y estás ahí, esperando a que vuelva a casa. Hemos tenido conflictos como cualquier pareja, pero los hemos solventado y tan solo fortalecido aún más nuestro vínculo.
Morrigan, yo sé que siempre dirás que la fuerte soy yo. Pero, como me dijiste tú, ¡date mérito por ello! Date mérito por concebir algo que para mí siempre fue una lejana fantasía, cariño...
Porque tú, Morrigan, eres y serás mi familia. De aquí al infinito.
Porque tú, Morrigan, hiciste realidad mi sueño.
— Con amor, Eleanor.
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El Sueño de Eleanor
RomanceMorrigan es una ex militar cuya vida la ha llevado a ser vagabunda en una ciudad desigual y corrupta. Perseguida por los traumas y un millón de arrepentimientos, se ve desconcertada cuando una catástrofe comienza a asediar las calles. Tras descubrir...