a veces pasa

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-no es un buen día, no es el momento indicado, no es la forma correcta-

Ya no queda nada, yo ya no soy quien creo ser. Sé que sigo vivo porque sangro, porque grito con aquel dolor, porque todavía sigo en este podrido mundo.

Nadie comprende lo que pasa, lo que siento, ya no hablo, solo escribo. ¿Algún día será diferente?  -Vivir- una palabra que levanta el ánimo de muchos, pero que destroza mi mente a cada momento. Soy algo que no debería estar aquí, ya no existo en mi mundo, y si es así ¿por qué siguió existiendo en el mundo donde están los demás?

 Me daño, algunos cortes en las muñecas, otros en las piernas y otros en mis hombros. Sé que vivo, pero yo ya no quiero eso. Me caigo en un vacío que no se puede llenar con nada, esta oscuro, pero no siento frio ni calor, todo a mi alrededor me es desconocido.

 Vuelvo a caer, pero esta vez es en el mundo real. Me caigo a propósito, ya no me contento con simples cortes. No dejo que sanen, ni que se infecten, ni que se cierren, así puedo sentir a cada momento que estoy aquí.

De vez en cuando camino, decido salir en las tardes, pero no llego más allá de algunas cuadras de mi casa, no soporto ver a la gente, ellos derrochan felicidad, tienen muchos sentimientos que en todo momento ocupan. Yo solo siento dolor, miedo, temor, los demás sentimientos se fueron...simplemente se fueron.

Mi corazón late, late, late y late, ya no sé si late por querer vivir o por simple costumbre que tiene. El mundo sigue girando, y yo sigo en aquel vacío.

Alguna vez tuve sentimientos, alguna vez no podía ni pensar en hacer lo que ahora hago con mi cuerpo. Aquel que era, aquel con sentimientos y emociones se fue, sólo tomó sus maletas y se largó. -un cuerpo vacío- eso fue lo que quedó. Pero no fue por mucho, ahora en mi anidaba el temor y el dolor, únicos residentes fijos en mí.

¿Tú crees que debo seguir? ¿Crees que algo puede cambiar? Nada cambia y nada va a cambiar, yo ya no soy nadie en este mundo y creo que tú no puedes comprender estas palabras que he escrito.

 -no ojees las cosas ajenas- siempre me repitieron eso cuando pequeño, cosas de adultos decían, cosas de jóvenes repetían otros, pero ahora no me preocupo de eso, alguien leerá esto y pensará -que persona más lamentable- y al fina podrá leer:

    -vida sin sentido de un joven que dejó por fin este mundo dejando atrás el temor, el dolor y el miedo-

relatos brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora